Contragolpes, respuesta, defensa. ¿Un grito la vacío?

Recibimos al correo el siguiente texto que si bien nos parece correcto en alguno de sus análisis, también decir que no   estamos de acuerdo con algún punto como puede ser la búsqueda de una lucha resultadista y la continua búsqueda de lo cuantitativo, aun si decidimos publicarlo con la intención de animar al debate sobre la situación represiva de  los anarquistas a nivel internacional.

Mucho se ha escrito, y algunas reflexiones y análisis interesantes y acertados a raíz de los últimos golpes represivos,  Pandora, Piñata y esperando inquietos estamos la próxima entrega de la saga.
Estas razzias urdidas por Justicia e Interior han sido denunciadas en numerosos comunicados de diversas organizaciones.
Nosotras, anónimamente, queremos aportar algunas consideraciones no de denuncia sobre los golpes recibidos sino sobre la respuesta del bando golpeado.
Rabia, impotencia y mala hostia son las lógicas reacciones ante tamaña injusticia y provocación. Convocatorias de urgencia, concentraciones que acaban en manifestación, en Madrid una segunda concentración días después de nuevo en la plaza de Tirso de Molina es avasallada por la policía, la gente identificada, hostiada y varios detenidos, un madero a cara descubierta arruga la pancarta, sometimiento y mas impotencia, protestando contra detenciones, mas detenciones agresiones y control.
Días antes, también en el Foro, visibilizando la huelga de hambre de larga duración de varios presos en lucha,  concentraciones semanales en Tirso donde un grupo poco nutrido de gente grita en la calle y reparte octavillas. Esos días, parca concentración ante Instituciones Penitenciarias, todas grabadas.  Concentración ante la prisión donde estaban los cinco compañeros, los escasos asistentes todos identificados.
Este actuar por inercia, irreflexivamente , absurda y repetitivamente sin hacer valoraciones ni buscar resultados, no nos lleva a ningún sitio.
El apoyo a huelguistas de hambre exige evidenciar y publicitar su situación eficazmente, para lo que hay que medir la fuerza real, para manifestarse hay que ser capaz de reunir un número decente de asistentes, y si esto no es viable, habrá que estudiar porqué, habrá que actuar de otra forma, en la que contando con menos efectivos se logre una buena repercusión
Somos pocos y de hecho el ensimismamiento, el autoaislamiento, la autosegregación de grupos y colectivos limita el actuar eficiente en particular en articular la respuesta en estas situaciones de emergencia.

En estos casos tan descarados, arbitrarios y escandalosos la respuesta podría y debería esperarse  de parte de mas gente que los mas allegados. El lenguaje antirrepresivo ante actuaciones tan claras y sangrantes puede ser entendido y compartido por mucha mas gente que los pocos que comulgan con los postulados ideológicos de los afectados, los cuatro gatos de siempre. Claro que para ello hace falta voluntad de extender la respuesta y de animar e involucrar a mas gente, y un mínimo de estrategia que no existe.
La autocomplacencia, el cubrir el expediente, la falta de ambición y de esfuerzo en el pensar y el actuar, imperan por desgracia.
Si se quiere salir a la calle, debiera de ser para hacer una demostración de fuerza, para ello lo lógico sería recabar todos los apoyos posibles. Lo inteligente sería buscar manifestaciones bien concurridas, mas abiertas, puesto que contra los abusos represivos es relativamente sencillo congregar a muchas, es algo que se explica solo, que indigna. Cuanto mas masiva la respuesta, mas preventiva resultará.
Manis a priori pacíficas a las que pueda acudir cualquiera, y si desde arriba deciden reventarlas, que la poli se ponga en evidencia disolviéndolas violentamente. Tratar de que sean lo mas masivas , combativas y tranquilas  que se pueda. Cuando se deseen acciones violentas, enfrentamiento directo, búsquese momento y lugar mas adecuado y que no involucre y arriesgue a quién no se apunte a la fiesta.
Hay que empecinarse en lograr la mayor adhesión posible a los actos de denuncia de sus ofensivas represivas, por encima del conformismo de juntarse los cuatro de siempre. Cuanta mas gente, mejor, cuanto mas diversa, mejor, o seremos sistemáticamente apaleados y detenidos sin que nadie se entere.
Resulta chocante y paradójico que nuestra gente este dispuesta a ser maltratada, detenida, fichada, identificada una y otra vez, y no vea la necesidad de organizarse permanentemente, de reflexionar colectivamente para ser mas eficaces. Nuestra limitadísima capacidad de convocatoria actual, ha de crecer, trabajemos desde ya para lograrlo, y , entre tanto, mientras seamos pocas, actuemos en consecuencia.
Si en convocatorias minoritarias salimos escaldados, es la hora de cambiar de estrategia, o empezar a tenerla. En todo caso hay que responder, la situación exige contragolpes, si, eso de “ninguna agresión sin respuesta” eso de “si tocan a uno tocan a todos”, y la respuesta a una agresión no puede ser propiciar que se nos vuelva a agredir.

En la dictadura pretransición, a los disidentes no se les ocurría anunciar donde se concentraban, sería de idiotas, se organizaban Saltos , grupos de gente con un plan estudiado y preconcebido la liaba sin previo aviso, factor sorpresa, y se escabullían sin bajas. En la dictadura postransición y tal como se han puesto las cosas, procede volver a actuar así, la situación lo recomienda. Poca gente puede liarla gorda, lograr repercusión y ponerles en aprietos, hay que estrujarse el cerebro para planear acciones eficaces y limpias..

Otro tipo de acciones, muchas de ellas no violentas, son de gran repercusión y realizables por pocas, o por una sola persona.
El grupo Solidarias con Itoiz, con acciones espectaculares visibilizaron su lucha y la mantuvieron en la palestra durante mucho tiempo. Pensemos en las acciones de Greenpeace, de la gente pacifista del MOC y su eficiente y recalcitrante brega antimilitarista, los tartalaris anti-TAV, las femen contra Rouco, los animalistas desnudándose contra las pieles, la italiana del confetti, el de el zapatazo a Bush, el surcoreano que afeitó al embajador yanqui, los del transporte público deteniendo convoyes de metro, la intrusión en programas de tele o radio en directo, los de “Rompamos el silencio”, las incursiones en mítines políticos, los jarraitxus incinerando los coches particulares de los txakurras, los  Tibetanos quemándose a lo bonzo etcétera, etcétera. Por supuesto algunas de estas acciones jamás deberían llevarse a cabo, pero son una muestra de lo que puede hacer poca gente decidida a hacerse escuchar y la mayoría están a nuestro alcance, las hay para todos los gustos y se pueden planear fácilmente muchas mas que no las desmerezcan. Se citan a modo de ejemplo de excelente relación riesgo-repercusión en muchos de los casos.
Si somos pocos y diferentes, ideemos acciones a nuestro gusto y medida, evitando exponernos y ser identificados gratuitamente.
En todo caso, si somos golpeados y detenidos, que sea por algo, total, ya nos allanan se nos llevan y nos encierran por la cara, nos procesan en base a invenciones y ridiculeces. Tenemos poco que perder y mucho que ganar.
En la manifestación convocada en la capital contra la ley mordaza, que partió hace unos meses de Ópera, un grupo que se citó allí para hacer un bloque libertario, fue rodeado, todos identificados, y se les quitó la pancarta. Estas cosan no deben suceder, son claramente evitables, no se lo pongamos tan fácil.

¿Que es luchar?, para cada cual significa una cosa, para nosotros luchar es estar en lucha, no sólo profesar ciertas ideas y acudir a alguna convocatoria, es preocuparse en cómo actuar mejor en cada momento en defensa de los nuestros y nuestro proyecto, ensayar, inventar, desechar, plagiar según convenga. Preocuparnos e involucrarnos en la extensión de la contestación, buscar resultados, protegernos y defendernos lo mejor posible en cada ocasión y exponernos cuando lo consideremos acertado, necesario o inevitable.
¿Que es solidarizarse?, por lo visto para algunos compañeros solidarizarse consiste en decir que te solidarizas, en un acto exclusivamente verbal, sólo palabras, opinión. Decir que te solidarizas y no hacer nada es simple y llanamente mentir cual político en campaña. Solidarizarse no es sentir mas o menos simpatía y empatía, es poner algo de nuestra parte, hacer algo por.
El continuismo, el proseguir con dinámicas viciadas e inútiles que han demostrado su inoperancia, es sabotear nuestras propias luchas, es renunciar a la dignidad, a la autoestima y enamorarse de la derrota, revolcarse en la mierda , regodearse en el fracaso y vivir en la impotencia y la cobardía.
Ánimo, ganas, entrega, empuje, coraje y actos es lo que falta. La acción llama a la acción, las victorias fortalecen y nos reivindican, y nos harán crecer, pues, ¿quien querría unirse a unos derrotados que son agredidos y no responden convenientemente, faltos de ganas,de arrojo ,de tensión, de entrega, de compromiso, de ideas, incapaces de cosechar éxitos, de golpear al enemigo?.
Lamentablemente es evidente que dentro del supuesto bando de los supuestos enemigos del estado, los mas lo toman como una afición, un juego sin riesgos, algo que rellena parte de su tiempo de ocio, aparentemente satisfechos con la mera pertenencia a algún chiringuito anarcosindical o a algunas de las variadas subculturas urbanas que conforman un patético gueto enquistado e infantiloide.
Los cinco compañeros presos acaban de ser dispersados cada uno a una cárcel, otra vuelta de tuerca. Sin justicia, ¿no habrá paz?.
Por solidaridad, por dignidad, por amor propio, por orgullo, por necesidad, por venganza, por estrategia, por justicia, lo de Piñata no puede quedar así.
Hacemos un llamamiento a la acción, a protagonizar la lucha y tomar decidido partido con renovado entusiasmo por nuestra noble causa común.