[Análisis] Noche negra de negros augurios. A diez años de la muerte en acción de Mauricio Morales

Recibido por correo electrónico.  Texto extraído de «Madre Tierra» publicación anárquica, número 3. Mayo 2019.

“La noche ya ha avanzado. No hace tanto frío para toda la ropa que
oscurece nuestra imagen, pero eso no importa, el viento refresca nuestro
rápido avance. Estamos a tiempo. Todo hasta el momento va bien. Estamos
solos, solos como nunca y como siempre. Por las calles sombrías y
maltrechas rodeamos la fábrica de carceleros. Nos acercamos. La próxima
parada está cerca. En mi mente repaso el plan acordado…”
– “Un saludo de Libertad” – (1)

Tras un día feriado que anticipaba para muchxs un largo fin de semana,
la ciudad de Santiago se iba durmiendo en la fría madrugada del 22 de
mayo de 2009. Un sector de Avenida Matta permanecía en quietud, lejos de
las luces y bullicio de locales comerciales. Solo dos ciclistas avanzan
como difusas siluetas para diferentes cámaras de seguridad.

El avance se interrumpe cuando las siluetas se separan y una de ellas se
baja de la bicicleta para arreglar algo en su mochila. Un gran destello
corta entonces la filmación.

El ruido de una potente explosión hace eco entre las calles, la
confusión despierta el lugar, lanzando las alertas policiales.

En la mitad de la calle Ventura Lavalle, casi en la esquina con Artemio
Gutiérrez, un cuerpo ya sin vida está envuelto en una estela de pólvora,
a un costado un revólver -con una sola bala en la nuez- más allá una
bicicleta negra espera para continuar el viaje. A solo metros se
encuentra la Escuela de Gendarmería, lugar donde los carceleros reciben
adoctrinamiento y especialización.

La policía, la prensa, bomberos y vecinas/os van copando el lugar. Tras
la confusión inicial, las primeras inspecciones van dando luces de lo
ocurrido. Un hombre había muerto por la detonación de un artefacto
explosivo que portaba, el objetivo del ataque era el recinto de
carceleros.

Fotógrafos de la prensa se acercan al cuerpo y registran las primeras
imágenes, difundidas sin filtro para aterrorizar, macabros y falsos
detalles se difunden por los medios conforme van pasando las horas.

Tras acordonar el área, el equipo criminalista de Carabineros va
recogiendo las evidencias, fotografiando y asignando un número a cada
pieza levantada. Como no había ningún documento de identificación, hacen
registro de las huellas dactilares para dar con la identidad. La
obtienen en el trascurso de la mañana.

El hombre muerto es Mauricio Morales, de 27 años, anarquista, que
registra detenciones y controles en manifestaciones anárquicas. Por la
prensa sus tatuajes son descritos con minuciosidad, es casi el mediodía
del 22 de mayo de 2009.

Comienzan los primeros allanamientos a su familia sanguínea. La cacería
ya está desatada.

CARROÑA PERIODÍSTICA…

“Si la prensa hubiese podido arrojar sangre a través de la pantalla, lo
habría hecho, pero aun así, esa sangre habría continuado siendo
guerrera, nunca sometida y ese orgullo en alto era lo que más les
molestaba”
-Macul con Grecia- (2)

Las empresas comunicacionales no escatimaron adjetivos para describir el
lugar, inventando escabrosos pasajes. La exposición del cuerpo y sus
heridas alcanzó niveles que solo se entienden dentro de la lógica del
terrorismo de estado.

A las 13:30 hrs, en los noticieros de medio día difundieron la identidad
de Mauri, con su fotografía de carnet, indicando además que pertenecía
una colectividad que okupaba una casa en el centro de Santiago.

Hacía meses las investigaciones policiales por la serie de atentados
explosivos contra símbolos del poder y dependencias bancarias, habían
centrado su mira en las okupaciones, en especial en algunas, desde donde
la propaganda y agitación anárquica eran constantes.

Entonces, casi en simultáneo con la entrega del nombre de Mauri, dos
allanamientos se producen en Santiago centro. Carabineros allana una
casa particular, que funcionaba como centro social y la Policía de
Investigaciones allana la okupación “La Idea”, desde donde se llevan a
varixs detenidxs.

Equipos periodísticos televisan y cubren los allanamientos, mientras
hablan de “avances en la investigación”. Entre pomposas declaraciones
afirman que el acompañante de Mauri huye herido, estaría identificado y
su captura era calificada de “inminente”.

La Policía de Investigaciones llevó hasta uno de sus cuarteles a lxs
compañerxs detenidxs, allí intentaron interrogar a varixs de ellxs. Se
les preguntaba por la persona que acompañaba a Mauri. Les pedían un
nombre que al menos ellos “imaginaran” que podría ser, a lo que se
negaron de forma tajante. Fueron así presionadxs “si no cooperan les
mostraremos fotografías de cómo quedó el cuerpo”. Para la policía, el
cuerpo de Mauri pasó a ser un trofeo, con el que quisieron golpear a
todo el entorno.

Se produjo un festín mediático con la muerte de Mauri, indagando sobre
su vida, su familia, su comportamiento en la universidad e incluso
destacando que mantenía deudas con una casa comercial, buscando
ridiculizarlo a toda costa.

Equipos de un canal de televisión se aproximan a lxs compañerxs y
familia que esperaba la entrega del cuerpo en las afueras del Servicio
Médico Legal, tratan de conseguir una entrevista con el mismo viejo y
manoseado argumento “queremos darles la oportunidad de defenderlo, de
explicar por qué lo hizo, se están diciendo cosas muy feas…”. A patadas
y empujones los hicieron retroceder.

La misma noche del 22 de mayo desde un canal de noticias apareció una
burda entrevista a dos supuestos compañeros de Mauri, quienes de
espaldas, encapuchados y con la voz distorsionada darían cuenta del
“plan” del compañero, con un guion absurdo y sin sentido. Este es quizá
uno de los pasajes más patéticos y lastimeros, que sirve como barómetro
del odio que inspira la figura de cualquiera que atente, incluso a
riesgo de su vida, contra el domino y su orden.

EN DEFENSA DE UN COMPAÑERO

“Compañerxs, somos muy clarxs y concientes de lo que va a ocurrir ahora,
sabemos que se vienen días y meses difíciles. Pero también sabemos que
el dolor y la tristeza de la partida de nuestro hermano no nos puede
paralizar. Recordamos insistentemente que él murió en combate, que la
ofensiva tiene variadas formas, que ninguna vale más que otra. Apelamos
entonces, a que la hermosa llama de su corazón anarquista propague el
irreductible deseo de aniquilar esta realidad.
Su cuerpo hoy yace prisionero en manos de la policía y sus mercenarios,
pero la energía de su vida permanece con nosotrxs, con lxs compañerxs
que junto a él y de diversas formas se enfrentaron y enfrentan a aquello
que quiere transformarnos en esclavxs”.
– “Ha muerto un guerrero pero nuestro fuego no se apaga” -(3)

Las dos casas allanadas estaban un radio aproximado de 15 cuadras de
distancia, en medio de ambas se encontraba el Centro Social Okupado y
BIblioteca Sacco y Vanzetti, lugar donde Mauri vivía y cuyxs compañerxs
decidieron hacer frente al posible allanamiento y agitar las aguas de la
memoria.

Encapuchadxs desde el techo enfrentaron a los primeros carros policiales
que llegaron al lugar, en minutos la calle se acordonó, mientras la
prensa se apostaba en los mejores lugares.

Pero así como llegó la carroña, también fueron llegando compañerxs, se
fue corriendo la voz y desde diferentes puntos, distintxs compas se
hicieron presentes, muchxs no conocían a Mauri, pero movidxs por un
genuino impulso solidario llegaron decididxs a aportar.

A media tarde se registran los primeros choques con la prensa, memorable
es la golpiza a un equipo televisivo, que momentos atrás había generado
la detención de algunxs compañerxs. Con osadía, la prensa fue expulsada
del lugar, aflorando la complicidad, la resistencia y la ofensiva.

No se trataba de defender una casa o a lxs compañerxs que desde el techo
desafiaban al poder, se trataba de defender la memoria de Mauri,
cortando la quietud del 22 de mayo. Había partido un compañero, un
hermano, pero no eran lágrimas lo que se iba a regalar a la prensa y la
policía, había dolor, pero no había derrota.

Un sentimiento urgente y colectivo de defensa del compañero, fue la
chispa que encendió la mecha, Mauri sin quererlo operó como catalizador
para la sedición anárquica.

Quizá lo hermoso de esa larga jornada cargada de caóticos sentimientos,
se encuentra en la forma de hacerle frente al golpe de la muerte y las
esquirlas de la cacería policial.

En lugar de silencio, sumisión y repliegue, la respuesta fue resistencia
y ofensiva, expulsando a la prensa de las cercanías de la okupación
Sacco y Vanzetti, agrupándose diverxs compas para levantar barricadas y
enfrentar la arremetida policial.

Esa es la belleza de la confrontación. Justo en momentos donde los
poderosos y sus múltiples personajes ansiaban ver expandida la derrota,
la forma altiva de enfrentar ese momento fue la mejor propaganda de
anarquía y compañerismo.

Pasadas las 22hrs, casi un centenar de compañerxs permanecían reunidxs
frente a la “Sacco”, desde una de sus ventanas un parlante expandía la
música que Mauri escuchaba, las canciones donde cantaba y su voz (y
risa) acompañaban la noche.

Enteradxs del avance de los carros policiales, lxs compañerxs en la
calle deciden salir a buscar a los piquetes, levantando barricadas en
todo el barrio. Se iniciaba así un combate que duró horas, moviéndose
por todo el sector, buscando las principales arterias. Fue una noche de
múltiples llamaradas.

Hubo detenidxs, compañerxs golpeadxs y diversos intentos de parte de
Carabineros por entrar a la okupación, pero aun cuando lanzaron agua y
gases, finalmente no hicieron ingreso. Desde el techo los esperaban con
ansias…

En las primeras luces de la mañana aún humeaban las barricadas y cada
pared del barrio recordaba a Mauri. Se sembraba así la semilla de la
memoria negra.

ESQUIRLAS Y CACERÍA

“Hoy, el Estado, la policía, la gerencia económica e intelectual de este
país hacen gala de su ineptitud atacando casas, alzando burdas
declaraciones, repitiendo las imágenes de la descarada persecución
política, democrática o dictatorial, da lo mismo”.
– “Un saludo de libertad” – (4)

Al funeral llegaron centenares de compañerxs, desde diferentes rincones,
muchxs aún sin declarar afinidad completa con las ideas y acciones de
Mauri, demostraron con su sola presencia respeto, solidaridad y
compañerismo.

Nuevamente en momentos donde lo “racional” dictaba ponerse a resguardo,
lo más lejos posible para no verse salpicadxs con la arremetida
policial, el germen anárquico se reunió para despedir el cuerpo físico
del compañero.

Lienzos, capuchas y voluntad fueron acompañanado el ataúd que muy acorde
con las ideas de Mauri, llevaba un rayado donde se leía “Ni dios ni
amo”. La familia sanguínea decidió bajarse de los autos y acompañar a
pie el camino hasta el cementerio, avanzando junto a todxs lxs
compañerxs. Se trataba de evitar a toda costa que los carros policiales
cortaran la marcha y aislaran el ataúd.

Tras el funeral se levantaron algunas barricadas en los alrededores del
cementerio, sin que se registraran detenidxs en el lugar. La prensa
vigiló a distancia, pudiendo obtener algunas imágenes cercanas solo en
las afueras de la casa de la familia sanguínea.

Los ecos de los enfrentamientos tras la muerte de Mauri, fueron
superando cualquier distancia, llevando la noticia a diferentes
territorios, desde donde fueron manifestando solidaridad, aportando a la
expansión de la memoria.

La presencia policial y periodística en torno a las okupaciones fue
permanente, intensificando los controles que ya existían desde antes del
22 de mayo. El poder, a través del hostigamiento, buscaba provocar el
cierre de los espacios, porque entendía el aporte que significaban para
la propagación de las ideas/acciones antiautoritarias.

Carabineros y la Policía de Investigaciones se disputaban el
protagonismo en el caso, elaborando diferentes teorías, que finalmente
implicaban la presencia de ambas policías en el entorno de Mauri. Aun
así, ningún camino les llevó a su acompañante.

El quiebre entre la familia sanguínea y lxs compañerxs de Mauri que la
policía no pudo lograr en un primer momento, lo fue obteniendo con el
paso de los meses. Psicólogos policiales fueron asesorando a la familia
sanguínea, aprovechándose de ellxs, guiando y orientando su dolor hacia
el camino que le convenía a la investigación.

Así finalmente, de una familiar la policía obtiene una declaración con
una lista de personas que posiblemente acompañaban a Mauri, quienes
además serían las “culpables” de su decisión de ataque, de sus ideas y
acciones frente a la autoridad.

Todo esto se sabría recién en 2010, cuando en el marco del tristemente
famoso “Caso Bombas”, muchxs de sus compañerxs enfrentaban las
acusaciones del poder.

En una retorcida y artificiosa tesis de la fiscalía, existía una
organización ilícita terrorista, con un plan criminal estudiado para
difundir el terror mediante acciones directas. En esta organización
había supuestos líderes y una estructura definida, con roles
establecidos. Y como guinda de la torta, la fiscalía sostenía que para
llevar a cabo el “plan criminal” lxs imputadxs levantaban “fachadas” de
okupaciones, llamadas en el delirio fiscal como centros de poder.

Mauri y 14 compañerxs más, fueron sindicadxs como parte integrante de
esta organización ilícita terrorista. Durante las interminables
audiencias es donde sale a la luz la declaración de parte de la familia
sanguínea. Fue un momento duro y amargo, porque más allá de todo el
festín mediático y policial tras su muerte, finalmente parte de su
familia nuclear no solo pisoteaba su vida y valores ácratas, negaba
además su fuerza individual y colaboraba con los eternos enemigos de
Mauri: los defensores de la autoridad.

A la distancia de los años puede parecer tragicómico el curso de los
acontecimientos, con sus vueltas y delirios investigativos, pero lo
cierto es que así lograron ir desarticulando entornos, con el miedo y
desgaste, además desalojaron la okupación Sacco y Vanzetti, detuvieron a
más de 10 compañerxs por varios meses, extendieron el juicio por más de
un año y durante el proceso expusieron -una vez más- fotografías del
cuerpo muerto de Mauri, con detalle en cada herida. Es sin duda
lamentable que este último hecho no encontrara resistencia, por mínima
que fuera.

Finalmente el juicio terminó con la absolución de todxs lxs imputadxs.
Así terminaba -por ese momento- el intento por judicializar un amplio
entorno anárquico y resolver, al menos policialmente, la muerte de
Mauri.

LA MEMORIA NEGRA

“Cuando la muerte nos sorprende de improviso son lxs vivxs quienes se
preguntan sobre el “sentido” y “significado” de estas muertes… Lxs
muertxs no pueden respondernos; sólo sus vidas y acciones pueden darnos
indicios sobre aquello que motivó a nuestrxs hermanxs a ser como
fueron…”
-Gabriel Pombo da Silva- (5)

A poco más de tres meses de su muerte, sus compañerxs de okupación
editan un material escrito, donde se recopila gran parte de sus
escritos, canciones, cuentos y poemas. La intención es poner en
colectivo sus reflexiones e ideas, para que pudieran propagarse hacia
otrxs compañerxs y no quedara Mauri encerrado en su círculo cercano.

En medio de la cacería, en un generoso gesto, diferentes compañerxs
fueron aportando con canciones, escritos, entrevistas o cartas que había
dejado. Mauri no era un tesoro que había que guardarse para sí,
escondiéndolo de las miradas del resto, tampoco era el héroe martirizado
cuya figura se alzaba por sobre lxs demás. Era todo lo contrario y
siempre fue reivindicado como un compañero más.

Tras el embate periodístico, con sus múltiples difamaciones, entre
pomposas declaraciones policiales que pretendieron describirlo, era
importante hacer un rescate del compañero. Evitar las reinterpretaciones
y posibilitar que el mismo Mauri en primera persona a través de sus
múltiples escritos, fuese acercándose a otrxs compañerxs y entornos.

Hay compañerxs cuyas muertes que se explican por la vida que decidieron
vivir. El gesto de editar un libro con sus escritos, se enmarca
precisamente en posibilitar que quienes no fueron cercanxs al compañero,
conocieran el tránsito de su camino, los diferentes recorridos que lo
llevaron a ser quien fue, las decisiones de vida que finalmente lo
acercan a la muerte.

Así el Punki Mauri fue expandiéndose entre compañerxs, viajando miles de
kilómetros, hablando diferentes idiomas pero con un negro lenguaje
común. Sus experiencias, valores e ideas volaron, derribando las
fronteras del tiempo y la geografía. Hubo decisión y persistencia en que
la llama de su vida no se apagara.

La memoria negra fue adquiriendo amplias y variadas formas para
propagarse y contagiar a nuevxs compas. En ese tránsito todo gesto fue y
es un aporte. Sin líderes ni dirigentes, todxs estamos llamadxs a buscar
incansablemente como contribuir a esa propagación, de la forma que
creamos más certera. No hay una memoria oficial, sino múltiples gestos
para seguir prokurando que viva la Anarquía.

EL PASO DE LOS AÑOS

“¿Cuatro años? Me parece una infinidad, pero también fue hace nada
cuando Culmine me mando la noticia de aquel 22 de mayo, junto a un
recorte de periódico con su foto. Solo un trozo de papel, una imagen ya
marcada por el tiempo, ¿destinada rápidamente a descomponerse? Sí, pero
también mucho más!.
Es el símbolo de un recuerdo imborrable, es una querida e íntima imagen,
una de las verdaderamente pocas que hasta ahora, permanece siempre
pegada al muro de la celda. Es un símbolo de una relación con el
guerrero Mauri y con su tribu guerrera, imprimido a fuego siempre quieto
y seguro en mi corazón y en mi mente. Más allá de cualquier frontera,
distancia, represión, y muerte!”
-Marco Camenisch- (6)

Ya se cumplen 10 años de la muerte de Mauri, es casi inevitable hacer
una retrospectiva, analizar cómo fueron sucediendo y enfrentándose
diferentes hechos.

Hacer un rescate de la belleza de ciertos momentos de confrontación,
destacando la permanente presencia de la solidaridad, la agitación y la
propagación de la memoria.

No han sido 10 años de quietud o de recuerdo silencioso, ha sido un
tiempo donde desde diferentes territorios se han levantado gestos de
memoria colectiva, como idea/acción que tiende a propagar la vida que
Mauri fue forjando, su decisión de confrontar lo establecido, su
negación activa a cualquier autoridad, al mismo tiempo que de forma
inseparable se sigue propagando la Anarquía y el Kaos como fuerza vital.

La partida de Mauri se transformó en el punto de encuentro entre muchxs
otrxs compañerxs. Un punto de encuentro para despegar hacia nuevos
desafíos, ahí radica la vitalidad de la memoria, no es la fotografía
estática de un momento de confrontación, es el presente que vamos
construyendo, nutridxs tanto de las experiencias de otrxs compañerxs
como de nuestros propios intereses y anhelos. Así vamos proyectando el
camino.

Tras el paso de la muerte y la cacería policial, nos afirmamos en la
orgullosa decisión de no retroceder, nutriendo la sonrisa con la certeza
de que el poder no pudo imponer ni el silencio, ni la sumisión. No pudo
detener la dimensión ofensiva de nuestra memoria negra, que combate la
resignación y el miedo, solo funcionales a la autoridad.

El Punki Mauri ha estado presente en la calle todo este tiempo, porque
quienes lo recuerdan no están alejadxs de los senderos de lucha, no se
levanta una memoria desde la vereda de la comodidad, sino desde el
terreno mismo del combate a la dominación.

No ha habido ni victimismo, ni ningún intento por blanquear su recuerdo.
Mauri no es el inocente que cae en un montaje, era un ser anárquico que
se atrevió a desafiar lo impuesto. Murió como eligió vivir. No es un
héroe o un mártir idealizado, es tan solo un compañero más, con defectos
y virtudes, aciertos y errores, cuyas decisiones de vida fueron
propagando el fuego en los corazones anárquicos.

En estos años ha habido diversas jugadas represivas, muchxs compañerxs
han sido apresadxs, algunxs han logrado salir de las jaulas, otrxs han
recibido largas condenas. Algunxs compañerxs se han ido, se han cansado,
otrxs van llegando y en su alegre rabia aportan nuevas energías.

Muchxs de quienes hoy recuerdan activamente a Mauri lo han ido
conociendo tras su muerte, sintiéndolo cercano y compañero a través de
lo que en vida fue forjando. Ha habido un traspaso generacional de la
memoria, como una fibra negra que nos conecta y hermana. En la calle hoy
sigue riendo en otras risas, con total vitalidad. Sus ideas aún son
herramientas con las que resistir y atacar aquello que intenta
someternos.

A 10 años de su muerte, Mauri sigue entre nosotrxs, impregnándose en
nuevxs cómplices. Sigue presente en el combate, generando el desprecio
de la policía y la prensa, lo vemos en sus burdas campañas de exposición
y desprestigio.

Los años pasan, pero nuestrxs muertxs en guerra nos siguen acompañanado.
Buen viaje Mauri…
Nada ha acabado, todo continua

“Algo siempre queda. Dicen que las ideas son indelebles. Aquí y allí y
en todas partes. No solo vosotrxs, no solo nosotrxs, todxs. Todxs y para
siempre. Todavía tenemos camino por delante.” (7)

* * *
(1) Comunicado escrito por tres grupos de acción el día 23 de mayo de
2009, saludando al compañero Mauricio Morales.
(2) Extraído del libro “Macul con Grecia. Fuego en las manos contra la
Autoridad”.
(3) Comunicado escrito por el Centro Social Okupado Sacco y Vanzetti el
día 22 de mayo de 2009.
(4) Comunicado escrito por tres grupos de acción el día 23 de mayo de
2009, saludando al compañero Mauricio Morales.
(5) Texto publicado el año 2013.
(6) Texto publicado el año 2013.
(7) Escrito de los compañeros Yanis Skuludis, Sokratis Tzifkas (Cárcel
de menores Avlona), Mpampis Tsilianidis, Dimitris Dimtsiadis (Cárcel de
Koridallos). 22 de Mayo 2011.