[Madrid] Sobre la manifestación del 25 de septiembre en Vallekas: agentes del orden izquierdistas deshacen barricadas. O de como odiamos a la policía se vista como se vista.

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Seremos breves. El jueves 24 la policía molía a palos a las personas concentradas por la tarde delante de la Asamblea de Madrid protestando contra el confinamiento de los barrios.

El resultado: cargas, varias personas heridas, tres detenidos en el mismo sitio y uno más cuando acudían los amigos y amigas de los detenidos a interesarse por sus compas en la comisaría de Numancia. Las imágenes de la peña jugándose el tipo por sus compañerxs y amigxs detenidos son un orgullo.

Al día siguiente, una concentración es convocada, en el mismo sitio, en solidaridad con los detenidos y detenidas. Antes de las 8, miles de personas, en actitud francamente combativa, abarrotaban las inmediaciones de la asamblea de Madrid. Finalmente, se marchó en manifestación. Hasta aquí, todo normal, grupos de gente muy joven muy enfadada, vecinos, vecinas, gente que gritaba por la sanidad pública y Ayuso, cánticos antifascistas, cánticos contra la policía y el gobierno, en fin, una mezcla de pareceres que ese día tenían un enemigo común y una causa: la policía y la solidaridad con los compañerxs detenidxs.

Los hechos a partir de ahí fueron simplemente lamentables. La policía no hizo acto de presencia (al menos la UIP). La estrategia de delegación del gobierno y por ende, del gobierno de Podemos y Psoe era evitar a toda costa los disturbios en un barrio confinado y que está siendo militarizado y policializado, asolado por el hambre, el paro, la explotación, los desahucios, los desalojos, la persecución a la población migrante… Objetivo compartido por organizaciones de corte izquierdista: el pce, yesca, IzCa… en fin, todos aquellos recuperadores que querían simplemente ponerse la medalla, salir en la prensa y darse un baño de masas, inofensivo y controlado. A pesar de todo, no pudieron del todo, pero si abortaron unos disturbios que podían haber sido históricos en la ciudad.

Los sucesos fueron de manual del buen reformista y ciudadano obediente. Frente a los intentos de barricar el recorrido y de ir a por la policía a su sucias comisarías de cientos de personas en la mani, salieron grupos de personas, identificadas muchas ellas como miembros del entramado de izquierdista del barrio, recogiendo las barricadas, diciendo por donde se podía ir y por donde no, generando enfrentamientos con los “revoltosos” e insultando y amenazando. No faltó tampoco la eterna acusación de infiltrado para aquellos que no acatan las estrategias ni agendas estratégicas de los partidos políticos. Nos genera el mismo odio un policía con la bandera de España bordada que un aspirante a policía… con el pendón castellano bordado. La actitud parapolicial de algunos traerá consecuencias.

Algún listillo decía “ir haced esto al barrio de salamanca, en Vallekas no”. No entendemos esta manera de entender el barrio: atacar a los bancos, las inmobiliarias, las casas de apuestas, la policía y que ardan contenedores para defenderse de estos últimos es defender el barrio. El conflicto está aquí, en los barrios, y nadie debería erigirse como director de nada, de cortarles las alas a la rabia y a la solidaridad. También escuchamos, cuando los recuperadores quitaban las barricadas hechas “soy más rojo que tu”. La verdad sea dicha: esto no es una cuestión de “libertarios” y “comunistas” o de “intensidades”, es la eterna lucha y defensa por la autonomía de las luchas frente a instituciones y partidos políticos. Y eso nos atañe a anarquistas, comunistas y a cualquiera. Todos estos que hablan de “unidad” tienen un cadáver en la boca: la unidad se construye en la calle, en las barricadas, en la lucha, no es un concepto vacío por el cual los dirigentes y lidercillos izquierdistas anulan la disidencia y marcan su hoja de ruta partidista. Que cada cual luche como quiera, pero nadie imponga a otros que pueden o qué no pueden hacer, porque habrá respuesta. Algún tonto apagafuegos todavía aplaudirá los disturbios cuando son lejos (en Francia, EEUU, Líbano, Colombia, Grecia…) pero aquí, se echará las manos a la cabeza como Ana Rosa Quintana.

Estas palabras tienen dos objetivos: por un lado, dejar constancia de que Madrid tiene ganas de revuelta, que Vallekas quería cobrarse algo más cara la sangre derramada el día anterior, que se avecina un período turbulento, donde las luchas van a tener un repunte, fruto de la gestión del estado y el capital de la pandemia y los reajustes en las condiciones de explotación. Y por otro, sabiendo la experiencia en esta ciudad con el ciudadanismo, el izquierdismo y como se las gastan los partidos (Podemos, Más Madrid y también todos los que van detrás y se sitúan más a la “izquierda”) urge organizarse autónomamente y defender la autonomía frente a los partidos políticos y sus agentes. En las propias manifestaciones debemos organizar nuestra propia autodefensa, generando lugares donde protegerse de la policía y que sirvan como punto de refugio frente aquellos que quieran entrar y salir del bloque para atacar. Juntas y en bloque, podemos confrontar mejor a los recuperadores e izquierdistas.

Son algunas reflexiones que esperamos sirvan para prepararnos para lo que está por venir.

¡Solidaridad con las y los detenidos en Vallekas!

¡Barricadas y fuego a policía y recuperadores!

¡Acudamos a las convocatorias y desbordemos sus márgenes!

¡Barrios en guerra, contra el estado y la represión!

Algunxs alborotadores e incontrolados desde los barrios confinados de Madriz