[Génova, Italia] Adjudicación de atentado incendiario contra dos repetidores

  • Extraido de Contrainfo.
  • «¿Habéis comido algo que os ha hecho estar mal?» investigó Bernardo.
    El salvaje asintió con la cabeza «he comido la civilización».
    Aldous Huxley – El nuevo mundo

    LA OPRESIÓN: MAL ENDÉMICO DE NUESTRA EXISTENCIA
    – BREVE CRONIHISTORIA –

    La opresión estatal o pseudo-estatal se remonta a miles de años atrás, y ha tenido etapas muy específicas que comienzan con el nacimiento de las primeras ciudades, estas luego evolucionaron en ciudades-estado, reinos, imperios. Quien elegía vivir fuera de estas «organizaciones» podía vivir como queria.

    Con la revolución francesa nació el primer gobierno moderno, centralizado y estandarizador, que borró usos, costumbres y hábitos a pesar de las directivas del parlamento. Revueltas y resistencias a este cambio fueron feroces e igualmente ferozmente reprimidas.

    Llegó la revolución industrial, la madre de todas las revoluciones.
    Con ella se sentaron las bases del capitalismo, que evolucionó hasta convertirse en aquello de hoy. A diferencia de los estados, el capitalismo no conoce fronteras, así como los disturbios en su contra que durante todo el ‘800 y la mayor parte del ‘900 interesaron a Europa y Estados Unidos.

    Llegados al día de hoy, entra en escena la ciencia, apoyando al estado y al capital. El avance tecnológico es otro instrumento evolucionado del capitalismo, genera ganancias y abre nuevas puertas al desarrollo industrial. Desde los carruajes hasta los coches, desde la agricultura rural a aquella mecanizada, desde las guerras con arco y flecha hasta aquella con drones.

    Científicas y científicos siempre han estado dispuestos a prestar su ayuda a la autoridad y a la represión, perfeccionando los medios de propaganda como la radio, la televisión, la prensa, Internet y armando a los estados con armas mortíferas y destructivas.

    Empresas como Ansaldo Nucleare, Piaggio Aerospace, Leonardo, iit, Eni son el orgullo del estado italiano por cuanto respecta al desarrollo tecnológico y energético. Pero para nosotros los anarquistas son la personificación del mal y como tales deben ser destruidos por las abominaciones de las cuales se manchan. Cada una de estas empresas es sinónimo de guerras, devastación y represión.

    La iit como el MIT de Boston trabajan en la creación de sofisticados robots bípedos y cuadrúpedos adaptables incluso en fase de represión, cosa que ya está ocurriendo en los Estados Unidos.

    El 24 de diciembre de 2018 la iit fue atacada por la FAI/FRI GRUPO DE ACCIÓN INMEDIATA reportamos un extracto de la reivindicación:

    << [La iit] Lleva adelante estudios de neurociencia, «tecnologías cerebrales» e investigaciones genéticas para la manipulación de los vivientes. Activa en el campo de las nanotecnologías, lleva adelante investigaciones sobre nanomateriales y su uso, así como sobre el desarrollo de materiales para convertir y almacenar energía, de la cual el sistema de producción actual necesita en enormes cantidades para mantener la velocidad de la loca carrera del progreso. […] Al servicio del capital y del estado policial que la asegura, esta empeñada en la creación de sistemas de «computer visión» para sistemas útiles a la identificación y al control social. >>

    En resumen, la iit trata de mostrar siempre la cara limpia hablando de robots que ayudarán a las personas mayores, de investigaciones contra el cáncer o de pulseras inteligentes llamadas iFeel-You para monitorear la distancia de seguridad entre las personas en tiempos de pandemias, estas, todas iniciativas de combatir de todos modos, pero la verdadera naturaleza de este monstruo la conocemos y quien aquel 24 de diciembre del 2018 decidió tocar las puertas de la iit, tenía ya bien claras muchas.

    Leonardo y Piaggio Aerospace «simplemente» construyen armas de guerra para venderlas al resto del mundo: municiones, misiles, torpedos, artillería, sistemas de orientación, aviones de carga militares, F-35, drones, ensamblaje y prueba de motores de aviones, construcción de partes de motores de aviones de combate, tecnologías espaciales y nos queremos detenernos aquí. Hace unos meses Leonardo ha firmado un convenio de colaboración con la iit.

    El Eni junto a la Shell y la Chevron, por nombrar algunas, devastan y contaminan todo el planeta, generando guerras internas y pobreza en los territorios donde extraen petróleo.

    Ansaldo Nucleare, como todas las empresas mencionadas anteriormente, no necesita presentación, el nombre ya es todo un programa. Producen centrales nucleares y brindan asistencia a todo aquello que es el sector de la energía nuclear. Hiroshima y Nagasaki, las pruebas de las armas nucleares empezadas en el 45 por los Estados Unidos en el Pacífico y en Nevada, continuando con aquellas de la entonces Unión Soviética en Kazajstán y Ucrania, la Francia en Mururoa y luego Chernobyl y Fukushima.

    Es evidente que estas atroces experiencias, y muchas otras no mencionadas, no han enseñado nada a los científicos del átomo.
    Afortunadamente, de vez en cuando, una pequeña onda del océano de dolor que producen les vuelve a ellos, y no podemos no recordar el valiente gesto de dos de nuestros hermanos, Alfredo y Nicola, que en mayo de hace nueve años hirieron a las piernas en Génova al entonces Administrador Delegado de Ansaldo Nucleare, Roberto Adinolfi. ¡Una verdadera alegría!

    Pero a pesar de esto, las guerras, la atómica, la devastación y la contaminación de la Tierra se vislumbran como un holocausto perpetuo. La continua y masiva propaganda del estado ha logrado pasar por buenas, neutrales y necesarias las prestaciones de estas fábricas de muerte.

    El resultado de este breve análisis histórico es que hoy vivimos en una sociedad que es todo menos que idílica, es más, para algunos, cada día es un verdadero infierno y los responsables de esto tienen nombres y apellidos.

    En cuanto al futuro, buh, el futuro ciertamente no será color de rosa, las premisas han sido escritas hace milenios y están teniendo su curso natural que también pasa a través de nuestros días. Depende de nosotros insertarnos con prepotencia, en el tiempo y en el espacio, y interrumpir, aunque sea brevemente, este flujo continuo de eventos tiránicos. Los medios, las ideas y el coraje están, ¡así que vamos!

    MEDIO EVO SMART

    Una obra, una carretera, valen una guarnición, decía un general inglés empeñado a colonizar regiones y países. En Occidente en el nuevo milenio estamos asistiendo a otro tipo de colonización, aquella tecnológica e industrial que debe ocupar todos los lugares, extender por todos lados sus tentáculos. Este pulpo partiendo de las ciudades, desenreda sus espirales hasta llegar a los picos más altos. Ningún re pensamiento incluso de frente a signos preocupantes como el cambio climático, epidemias y contaminación, es más, adelante a toda velocidad con el viento en las velas y la fe en la ciencia y en el tanto cacareado progreso.

    Ese progreso que nos hace zumbar por las calles de las ciudades con coches y motos eléctricas, que nos embriaga con cada vez mas dispositivos de «nueva generación», que ocupa los cielos con drones y satélites, que quiere que seamos participes de revoluciones green aconsejándonos de instalar paneles solares en los propios hogares, palas eólicas y pilones en el jardín o antenas 5G en el techo.
    Algunas de estas invenciones no podrían existir si no existieran materiales como el cobalto, el litio o el silicio. Estos elementos son el corazón y la batería de todos los dispositivos electrónicos y son esenciales para la producción de paneles solares.

    Miles de mujeres, hombres y niños -desde la República Democrática del Congo, hasta Bolivia, Argentina, Chile- son explotados por menos de dos dólares diarios en las minas para la extracción de estos minerales. Apple, Microsoft, Samsung, Sony, Tesla, BMW, FCA son solo algunas marcas que están engordando sus cuentas en alianza con sus propios gobiernos, patrocinando como un mantra la tecnología verde, dándole el peso de «última oportunidad para salvar al planeta de la catástrofe». – de la cual son los responsables- en detrimento de verdaderos y propios esclavos.

    Por no hablar de las «grandes obras»: supercarreteras y nuevos tramos ferroviarios que atraviesan enteras montañas, puertos que se expanden vertiendo toneladas de hormigón en el mar para el atraque de cruceros o carga mastodónticas, repetidores que desfiguran paisajes y destruyen ecosistemas e todavía centros comerciales, aeropuertos, industrias, centrales atómicas.

    En este texto no encontrararéis reivindicaciones sindicales, batallas de boicots de esta o aquella marca, no buscamos guiños de políticos bien pensados ​​o de conversaciones con el Papa. Ya hemos hablado con los hechos, aquí nos limitamos a resaltar estas. «normales locuras» de nuestro tiempo que sirven a la continua subsistencia de nuestra bulímica sociedad capitalista.

    Hay que decir que en algunos casos estas obras también son contestadas por las poblaciones que las padecen, pero superando la poca resistencia de una parte de la misma -que aun cuando toma conciencia del problema- lo acepta como mal menor o como el precio a pagar por una existencia cómoda e irresponsable; y fuerte de una mayoría que pide más comodidad, más «bienestar», el sistema avanza sin casi trabas.

    Si pensamos que con la excusa de la covid-19, los gobiernos han instaurado verdaderos y propios estados policiales, encerrándonos en casa en verdaderos y propios arrestos domiciliarios. Algunos pueden haberlo quitado de sus mentes como forma de defensa para su psique, otros, sin embargo, llevan las cicatrices (ver el aumento exponencial de la violencia doméstica y los TSO), y otros ya no están más, asesinados en la prisión o en casa por los propios carceleros.
    Y no olvidemos el despliegue utilizado por el estado italiano contra los «propios conciudadanos» para reprimir aquellas formas de libertad inalienable canceladas de facto durante el encierro: cientos de puestos de control, miles de multas, helicópteros, drones, lanchas motoras, control de masas vía GPS de los propios teléfonos móviles, ejército, policía, carabineros, policía financiera, policía local, protección civil y como guinda del pastel, las delaciones de los ciudadanos-sheriff.
    Pongamos también la asfixiante propaganda de políticos y periodistas, que ocupando la televisión y las redes sociales, han implantado en las mentes de los que siguen, miedo al contagio y paranoia social.
    Este asalto a los principales medios de comunicación de aquí ha asestado un nuevo golpe a una sociedad, ya postrada ante los más bajos deseos materiales, que no tiene nada más que pedir excepto la contraseña del WI-FI, de hecho, el contraataque a todo esto, -aparte de algunos pequeños focos de resistencia- han sido aplausos y cantos desde los balcones.

    En resumen, la «jaula de oro» en la cual la mayor parte de los pueblos occidentales está encerrada es muy deseada, apoyada e invocada.
    Frente a todo esto, los explotados y los excluidos luchan para quedarse con un lugar mejor, una posición de privilegio cueste lo que cueste. Quien desea, hace suyo el lema del «way of life». Por este motivo estamos lejos de participar en esta o aquella lucha reivindicativa, esperando que se conviertan en otra cosa. Nos interesa mas golpear aquello que hace suave y cómoda nuestra reclusión, incluso cuando esto va en contra de «nuestro bien», va en contra de este resplandeciente medio evo.

    LA «SMART CITY»

    Mira el mundo que te rodea, ¿qué ves?
    Un interminable parque temático donde todo se ha transformado en entretenimiento. Ciencia, política, educación son otras atracciones de una feria. Por muy tristes que estén, la gente compra los billetes y sube a bordo. Son las así llamadas «ciudades inteligentes» o mejor «smart city», consteladas de sensores, atravesadas por flujos, por redes, pobladas por masas indistintas de usuarios conectados que golpean histéricamente sus propios dispositivos para no perder el contacto con aquello que creen que es la realidad.

    Políticos, burócratas, pero sobre todo científicos, quieren hacer pasar el concepto de smart city como sinónimo de evolución humana, algo que facilite cualquier movimiento o pensamiento que el individuo imperceptiblemente insinúe. Desde el tráfico urbano hasta las infraestructuras, las nuevas tecnologías estructuran las ciudades según su propia lógica: eficiencia y beneficio. El resultado es una sociedad alienada, frenética, donde la brecha entre rico y pobre se acentúa cada vez más y la vigilancia del individuo es capilar.

    Desde la lógica de la smart city, el individuo viene percibido como un mero objeto de comercio, una mercancía banal a la par de un paquete de galletas, ya no un ser humano consciente con una sensibilidad y propiedad de crítica, sino un simple «código de barras» programado para producir, consumir. La ciencia lleva mucho tiempo estudiando cómo no dejarlo morir. Incluso aquí una gran parte de occidente ha aceptado y creído en estos sueños basura, que luego de han revelado «cadenas», y ya no puede prescindir de ellas; el teléfono inteligente es el ejemplo más evidente.

    Ahora ya una extensión de nuestro cuerpo, verdadero ejemplo de transhumanismo, el teléfono inteligente, con todas sus atracciones de parque de atracciones, nos catapulta a un estado de sonambulismo y nos erige como promotores de aquella paz social de la cual los gobiernos occidentales se frotan las manos. Si la mitad del mundo muere de guerras genocidas, hambre y enfermedades diversas, la otra mitad avanza sin darse cuenta hacia su propia muerte cerebral -«el prisionero que lucida sus propias cadenas» – metáfora perfecta para una sociedad viciada y disociada.

    La smart city es hija del pensamiento científico, egotista y egoísta que prevalece en esta parte del mundo, la humildad es un bien escaso, no se quiere entender que somos el resultado de un accidente de la naturaleza, pensamos en cambio de estar en el centro del universo o incluso de un cualquier dios. Obtusamente, recorriendo en el tiempo la ideología del «progreso» continuamos a vivir en una sociedad-cárcel en un blando régimen modelada por generaciones anteriores de «detenidos», pero de una forma u otra a nuestra manera, a veces evadimos y cuando lo hacemos podemos decir: «¡hoy hemos vivido!»

    ¡ATAQUE!

    Como anarquistas nos ponemos en conflicto con el existente, en continua autocrítica y crítica sobre aquello que nos rodea, no perdiendo nunca de vista aquel binomio fundacional de la tensión anarquista:
    teoría y acción. En una fase en la cual nuestras instancias y prácticas resultan ajenas a las «masas populares», no esperamos «momentos maduros», atacamos aquí y ahora, informalmente y sin ningún cálculo político.

    Nuestros enemigos de siempre, mujeres y hombres de la autoridad, afinan cada vez más su arsenal hecho de hierro, silicio y plástico y de esto nunca debemos desmoralizarnos. Hay varias formas para asestar golpes a nuestro enemigo, ¡nosotros hemos optado por la acción violenta revolucionaria!

    La propaganda con los hechos es la filosofía que defendemos, y la perpetraremos hasta cuando no caminemos sobre los escombros de esta sociedad de plástico. Que las acciones directas actúen como una brújula para todas y todos aquellos a los cuales les arde el corazón y tienen ganas de desatar las propias llamas de rabia y venganza contra aquello que los oprime.
    Cualquiera puede hacerlo, basta quererlo.

    Nosotros lo hemos hecho la noche del 18 de julio, saboteando con el fuego dos repetidores.

    No perseguimos plazos, actuamos según nuestros tiempos pero la casualidad ha querido que en este periodo recurra el vigésimo aniversario de los hermosos días de revuelta del G8 en Génova y de la trágica muerte de Carlo Giuliani. En estos 20 años, sobre aquellos días, políticos, jefecillos y políticantes de movimiento, curas e incluso la familia de Carlo, han vomitado – quien análisis reformistas y faltos de verdad, quien verdaderas y propias difamaciones sobre la persona de Carlo. Podemos equivocarnos, pero es probable que los mismos análisis de aquel tiempo serán repropuestos en los días en advenir.

    Nosotros, en cambio, queremos recordarlo dándole la dignidad que se merece, sin hipocresías, lejos de las idolatrías: Carlo, participando activamente en los tumultos de aquellos días – y específicamente en la Plaza Alimonda – mientras usaba un pasamontañas, estaba tratando de lanzar un extintor dentro de una camioneta de los carabinieri pero un inmundo siervo del estado lo ha asesinado con un disparo en la cabeza.

    Las llamas que la noche anterior hemos liberado para incendiar aquellos dos artos de la dominación, queremos dedicarlas a Carlo y a todos los rebeldes y las revolucionarias que en el mundo han caído combatiendo por la libertad, la igualdad, la justicia social. Estos son algunos principios que reentran en aquella que nosotros, filosóficamente –y con nuestros medios- prácticamente, definimos Guerra Social.

    ¡SOLIDARIDAD INTERNACIONAL A TODAS Y TODOS LOS PRISIONEROS ANARQUISTAS!
    ¡SOLIDARIDAD A LOS HERMANOS Y HERMANAS EN HUELGA DE HAMBRE!
    ¡SOLIDARIDAD A LOS COMPAÑEROS Y A LAS COMPAÑERAS SOMETIDAS A VIGILANCIA ESPECIAL!
    ¡ENVIAMOS UN ABRAZO Y UNA SONRISA DE COMPLICIDAD A QUIEN ES ESTA EN FUGA!
    A LOS COMPAÑEROS Y A LAS COMPAÑERAS QUE NOS HAN DEJADO PREMATURAMENTE, VUESTROS NOMBRES BRILLAN EN LAS LLAMAS CON LAS QUE ATACAMOS!
    ¡POR LA INTERNACIONAL NEGRA!

    ANARQUISTA POR LA DESTRUCCIÓN DEL EXISTENTE