¿WhatsApp con tu seguridad?
Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán,
y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes.
G.Orwell “1984”
Tras la inmensa producción de miles de hojas sobre el fenómeno de las redes sociales y su potencial revolucionario en estos últimos tiempos, aumentan las voces de crítica en cuanto a su papel como medio de control y de vigilancia. Si a eso, agregamos su función capitalista con la captura masiva y la consecuente venta de los datos personales de los usuarios a las grandes empresas, nos enfrentamos con una situación extremadamente peligrosa.
Hablar sobre el uso de las herramientas que el sistema genera como medio de control y/o de ganancias termina siendo un tema denso. Las características que han llevado a la sociedad a este tipo de comunicaciones tiene parámetros complejos y meramente psicoanalíticos. En fin, la elección “libre” de los individuos de relacionarse por estos medios y terminar comprometiendo su privacidad y seguridad personal y colectiva, es un campo que no nos meteremos…¡aun!
Lo que si parece urgente, tras los últimos acontecimientos de persecuciones y movilizaciones políticas en distintos lugares, es explorar su potencial como medio de represión y la indiscutible responsabilidad de uso que surge para lxs anarquistas que adoptan esta herramienta para facilitar su coordinación y acción política.
Tomando el caso especifico de la multitud de convocatorias, quedadas, puntos de asambleas, reuniones… que van circulando por diferentes herramientas como el famoso WhatsApp, nos preguntamos sobre la utilización de los datos entre individuos políticos. La idea de un medio gratis y de amplio uso genera dudas no solamente sobre su finalidad, sino también de las buenas prácticas que cada unx de nosotrxs debemos a adoptar frente a la tecnología.
Sobre el WhatsApp, el hermano menor de Facebook, y todo lo que implica ser un producto de una grande empresa, resulta sorprendente hasta que punto esa «herramienta» se ha colado (o nos la han colado) en nuestras vidas. Desde nuestro punto de vista hay dos lineas desde las que analizar el uso de la app. Por un lado, la técnica, y por otro, la política.
Últimamente se habla mucho de la paranoia pero, de lo que no se habla, es de la falta de seguridad. Hay dos puntos muy importantes a este respecto. WhatsApp es vulnerable, hay mil formas distintas de hackear una terminal y tener acceso a todas las conversaciones, fotos, datos no solamente de la aplicación en si, sino también los que se almacenan en el propio teléfono a lo cuales la aplicación tiene acceso completo. También existe la posibilidad de recuperar los datos directamente desde la empresa. Para los que no conocen algo de seguridad informática la respuesta común sería «Pero está cifrado»…bien, existen muchos tipos de cifrado, y el que ellxs utilizan es realmente sencillo, para alguien que domine medianamente este tema, de desencriptar.
Whatsapp almacena en dos ficheros los contactos y los mensajes , sin cifrar, y, si el gps está activado, las coordenadas. Aunque se da la opción de borrar los mensajes, la realidad es que siguen existiendo. Además, tanto los mensajes enviados como recibidos almacenan hora, fecha y un montón de datos mas (metadata).
El listado de vulnerabilidades de la herramienta es inmenso. Daría para un libro. No vamos a adentrarnos en especificaciones técnicas, por eso adjuntamos un listado de enlaces donde podréis investigar. Pero cabe decir que una persona, con no demasiados conocimientos informáticos, podría acceder a tu teléfono y sacar todos los mensajes, ubicaciones, datos de horas y fechas, etc sin demasiada dificultad. Es un hecho que la policía emplea métodos para hacerse con las conversaciones (ya han sido varios los juicios en varios países donde se han empleado como pruebas llegando a ser punto definitivo en algunos procesos).
Seguramente muchxs han escuchado o les ha tocado algo de lo anterior. Aun así parece que la trampa del uso fácil y gratis y argumentos del tipo «Pero no lo utilizo para nada que pueda ser un marrón», “si la policía nos conoce a todxs”, NO se pueden considerar buena práctica de los medios tecnológicos y, aún más, terminan siendo actitudes irresponsables y peligrosas para los proyectos colectivos y también para los individuos.
Recientemente se han registrado falsas alarmas de redadas, convocatorias que se comunican sin el previo consentimiento del usuario y grupos de información entre gente desconocida que muy difícilmente puede contrastar la información, favoreciendo la paranoia, la represión y, por encima de todo, el fichaje de lxs usuarixs metidos en estos grupos.
Entonces surgen cuestiones que debemos, como anarquistas, tener pendientes y abordar desde el punto de vista de nuestra seguridad y protección y de la de nuestrxs compañerxs y proyectos:
– Buscando una amplia difusión de las convocatorias, aunque sean pacificas o legales (según la denominación-intención de sus inspiradores), ¿es responsable difundir, no solo los datos de los eventos, sino también de lxs usuarios que forman parte de nuestra lista de contactos políticos?
– ¿Qué utilidad tiene la difusión de información que pocas veces se puede contrastar a través de estos medios masivos en los que casi nadie conoce el resto de los integrantes de la lista?
– Mi convicción sobre la legalidad de mis actos políticos ¿asegura la protección de los datos de mis compañerxs? Y aun así, ¿asumo la responsabilidad que no terminará, o no favorecerá un proceso represivo, a pesar de la legalidad de la información que se difunde?
Consideramos que las herramientas tecnológicas juegan hoy en día un importante papel en la organización y coordinación política, pero eso implica una responsabilidad muy seria para lxs compañerxs y los proyectos políticos que las utilizan. Las comunidades de software libre están en proceso de mejorar estas herramientas. Están en los primeros pasos pero, al contrario de otras, no buscan el beneficio comercial, si no la seguridad y privacidad.
Realmente preocupadxs por la ignorancia y el nulo debate que estos temas generan, parece absurdo el monopolio y la importancia que ha ocupado el WhatsApp en la vida cotidiana política de los anarquistas. Como hemos dicho, tiene infinitas vulnerabilidades, está demostrado que es fácil acceder a los registros y también que las manos del «control» lo hacen. Es mucho más sencillo esto que pinchar un teléfono por ejemplo.
Y para nosotrxs tiene una solución realmente fácil, tal vez no tan cómoda y «amigable»… no usar esta vía para transmitir información política de ningún tipo (¡inofensiva o no!). Que más allá de consentir a este distópico control de nuestras vidas y comunicaciones donde no hay ningún tipo de privacidad, genera una larga base de datos sobre lxs individuos, sus acciones, círculos de afinidad, localización etc. que muchas veces resultan más importantes para las autoridades que los mismos actos políticos. Y es esto algo que nos parece sumamente importante. Vivimos tiempos donde la represión está afilando sus zarpas. Continuamente somos golpeadxs por procesos represivos. Y cada día más, se utilizan en nuestra contra tecnologías más avanzadas. La respuesta lógica sería el uso de herramientas más seguras, sin embargo, permitimos que día tras día, mensaje tras mensaje, lxs mismxs que después nos detendrán, recojan información de con quién nos relacionamos, que hacemos, cuales son nuestras actividades, por donde nos movemos y a que horas… Como hemos dicho, no es tan importante lo que se diga, si no la ingente cantidad de información personal y colectiva que pueden obtener.
Esta perspectiva es más amplia. Ya no se trata de un aspecto técnico. Como anarquistas, rechazamos el control de nuestras vidas. Sin embargo usamos cotidianamente una herramienta que pone todos nuestros datos al alcance de cualquiera. Una herramienta que, junto a otras (facebook, twitter, line, etc), forman el conjunto de las mal llamadas «redes sociales» que buscan justamente lo contrario a lo que dice su nombre: Crean una falsa sensación de conexión y enlace entre personas potenciando el individualismo y el aislamiento de los individuos mientras lo único que hacen es facilitar productos (nosotrxs) a las grandes empresas. Se trata nada más y nada menos de otra forma de control. Mantente en tu casa, relaciónate a través de un aparato, y no salgas, no experimentes, no hables. Es triste que como anarquistas caigamos en esta trampa, sin por lo menos cuestionarla, siendo además algo que nos toca a todxs, usuarixs o no…
Enlaces para más información:
– http:// www.securitybydefault. com/2013/11/curiosa-y-peligrosa-nueva-funcionalidad_22.html
– http:// www.elladodelmal.com/2013/07/ como-espiar-whatsapp.html
– http:// www.securitybydefault.com/ search?q=whatsapp
– http:// thehackernews.com/2013/06/ Hacking-whatsapp-android-application.html
– http:// thehackernews.com/2012/09/ whatsapp-vulnerability-can-be-misused.html
– http:// techzoom.org/whatsapp-messenger- has-multiple-vulnerabilities-confirmed-by-security-advisors/
– https:// cavallette.noblogs.org /2014/09/8668
– http:// news.softpedia.com/news/ Experts-Find-WhatsApp-Vulnerabilities-that-the-NSA-Would-Love-428758.shtml
Search and Destroy – Sid Vicious (1986)
I’m a runaway son of the nuclear A-bomb
I am a world’s forgotten boy
The one who searches and destroys
Honey gotta help me please
Somebody gotta save my soul
Baby detonates for me
Look out honey, ‘cause I’m using technology!
Ain’t got time to make no apology.
And I’m the world’s forgotten boy
The one who’s searchin’, searchin’ to destroy…