Anarquismo y liberación animal
«Anarquismo y liberación animal: el poder, la democracia y las relaciones de dominación: «Entre el Estado y el capital existe una analogía, el primero protege los intereses del otro, junto con la democracia forman lo que actualmente es considerado el Poder, responsables de la destrucción del planeta Tierra y de sus respectivos habitantes, la sociedad está comprometida a una cautividad democrática, dada por la aceptación de la constitución, siervos, súbditos, esclavos del civismo burgués que esta representa. Los individuos que formamos “la sociedad moderna” somos cómplices de esta situación por nuestra actitud indolente y sumisa, dada por esa insensibilidad hacía nuestra propia especie y el resto de especies que habitan la Tierra. Esbozamos una sonrisa silenciosa llena de complicidad y sumisión al Poder y sus relaciones de dominación, poder y autoridad.
Los no-humanos viven en verdaderos campos de concentración, los seres humanos vivimos en un gran bloque de hormigón, camuflada por los placebos y el consumismo que nos venden como “desarrollo, progreso y poder adquisitivo”. La destrucción de todas las formas de carcelación moderna es una necesidad que viene dada por nuestro instinto salvaje que todavía no lograron apaciguar, la lucha debe ser constante porque son éstos tipos de carcelaciones quienes representan al Poder, destrucción que es negada por la sociedad domesticada, que se ha visto contaminada por los valores democráticos que defienden y sustentan la existencia de toda forma de dominación, poder y autoridad. Vivimos en una realidad que es protegida por la constitución, difundida por el estado y expandida por las relaciones económicas propias del capitalismo, es por esto, que con la aparición de “nuevas necesidades de igualdad y libertad” se crean nuevas formas de cautividad no-humana y humana, donde la esclavitud es legitimada por una crisis económica engendrada por las esferas del poder, donde animales no-humanos son criados en “cautiverio”, lo cual no significa que dejen de ser nuestros propios rehenes. Todo esto, desgraciadamente, es el resultado de la aceptación de vidas esquematizadas y programadas, para que las esferas que forman el Poder se fortalezcan; nuestro destino es el mismo, la lucha por la liberación animal no debe desligarse de la lucha por la liberación humana, y viceversa. La lucha debe ser una, por la liberación total, porque las relaciones de poder y autoridad, las celdas y jaulas existen en ambos frentes de lucha, de los cuales se sirve el Poder para fortalecerse como concepto abstracto e irreal, pero necesario. Existe un enemigo común al que combatir, es por eso que cada ser explotado de cualquier especie del sistema capitalista-especista muere lentamente, como si la inyección letal administrada por el Poder, tuviera un efecto pausado, ya que lo natural sería que cada ser vivo, en la meseta de la vida finalizara con la muerte, no obstante, quienes vivimos en esta sociedad impuesta y civilizada, perecemos silenciosamente, tras una larga y agónica vida de imposición servicial, unos somos mano de obra, otros mercadería o productos de consumo, pero esto es así porque existe una sociedad de jaulas y celdas, y esto seguirá ocurriendo mientras no destruyamos la autoridad y a quien la legitima: La Democracia. «