Hace algunos días (sábado 6), junto con 7 compañeros tuvimos un encontrón con funcionarios de gendarmería. Más allá de hablar sobre el acontecimiento del cual ya se hablado bastante, por varios medios de difusión y también por palabras de algunos de los que estuvimos ahí, quiero aclarar, por mi lado, que entiendo estas situaciones como algo que en algún momento iba a pasar, por ende no creo que sea la última.
El hostigamiento y la violencia son consecuencias que debemos tener claras antes de caer en territorio enemigo, y también saber cómo responder a ellas. Es estimulante la ruptura de la rutina carcelaria y sobre la misma, hermanarse aún más con individualidades que andan en la misma. Bichos raros dentro de la cárcel.
En consecuencia se puede apreciar a simple vista un clima más denso que antes entre gendarmería y presos de índole “Anarquista”.
II Situación carcelaria.
6 meses y medio. La semana pasada fui cambiado al módulo 35 desde el módulo 33, donde compartía con mi hermanito Checho. Hoy me encuentro junto a Manuel, Enrique, Amaru y Felipe.
Comento esto para quienes han demostrado interés acerca de la situación de los presos en Santiago 1. El módulo 35, actualmente, es el más tranquilo de este recinto y eso se nota.
III Solidaridad.
Hago una mención especial al ataque al CRS de gendarmería. Estaba despertando cuando me enteré de la noticia y la verdad, fue un golpe tremendo de energía. Esto pone en el plano una vez más que ninguno de los lugares está totalmente protegido y que la vulnerabilidad de la pasividad ciudadana está ahí, a la vuelta de la esquina.
Generar complicidad con seres desconocidos mediante acciones es revitalizante, y queda claro que toda agresión tendrá respuesta al interior y exterior de los muros.
Toda la energía y fuerza para Kevin, Joaquin, Checho, Manuel, Nati, Amaru, Nico, Javier, Enrique, Claudio, Juan, Sol, Tato, Nataly, Fabián, Felipe y María Paz.
Ignacio Muñoz
Módulo 35/Laboratorio Santiago 1.