[Analisis] La dominación digital en la fauna salvaje

 

extraido y traducido de negreiverd

Hace unas semanas se anunciaba en la prensa la próxima reintroducción del lince boreal (el gatillop o lobo cerval)en los pirineos catalanes, concretamente en el Valle de Arán (reintroducción lince). El lince se extinguió en Cataluña hace muchos años y lo que se trata es de repetir el éxito de la reintroducción de osos procedentes de Eslovenia. «Gestión de la fauna salvaje» llaman.
El detalle del tema es que los tres ejemplares que «liberarán» (dos machos y una hembra) estarán castrados y llevarán un collar GPS.
El GPS es tendencia … es tendencia entre aquellos que, antes se llamaba naturalistas, y que ahora son biólogos gestores e incluso administradores de parques naturales. Parece que a todo animal salvaje que se cruza con ellos debe ser cargado con un emisor GPS para tenerlos bien «cartografiado».
La relación entre las instituciones administradoras y los centros de investigación y el «mundo salvaje» se va haciendo cada vez más mediatizada por toda la superestructura TIC, el «muestreo» y la observación la hacen GPS y sensores varios, los datos son tratados por potentes ordenadores y finalmente los resultados se representan sobre un GIS, la vida salvaje se acaba reduciendo a algoritmos y representaciones numéricas, representaciones de una dominación que se extienden más allá de la trama de dominación urbana.
Se trata de extender la domesticación cada vez más allá. El animal salvaje (y su hábitat) tiene un valor monetario, que de hecho ya se calcula en euros … y explota. En muchos casos el seguimiento con GPS sirve, de hecho, para facilitar su observación turística y para evitar que «se muevan demasiado», sobre todo en el caso de los carnívoros.
En los EE.UU., en lobos, se han implantado collares GPS con mecanismos de descarga eléctrica en acercarse a los límites del parque, también se especula con la posibilidad de implantar dosificación de sedantes. Es siniestramente similar a los brazaletes de control de prisioneros … (prisión electrónica).
El seguimiento electrónico de la fauna se inició en EEUU en aplicar para fines científicos la tecnología desarrollada durante la guerra fría. De hecho hacia 1950 se comenzó a usar la alta frecuencia para el seguimiento de animales (VHF), para captar su día a día.
A finales de los 70 se introdujo el posicionamiento por satélite (primero con el Argos System que mide la posición por el efecto Doppler) y a principios de los 90 los sistemas GPS.
En estos momentos estos procedimientos de posicionamiento y el análisis del ADN son las herramientas básicas de los «naturalistas» de Centro de Cálculo y de laboratorio.
Las balizas de posición se han ido miniaturizado y consumen cada vez menos energía, pero simultáneamente se han ido añadiendo nuevos sensores, generalmente ambientales, además de los de posición (temperatura corporal, temperatura ambiental, salinidad …), y la horizonte de desarrollo tecnológico está en sensores de parámetros metabólicos.
Los sistemas de fijar las balizas en el cuerpo de los animales no ha variado mucho, en mamíferos terrestres (incluso roedores pequeños) collares diversos, en aves y animales marinos diferentes tipos de colas adhesivas, generalmente epoxi. Los collares suelen tener partes degradables para que se desprendan y no interfieran con el crecimiento de los animales, los fijados con pegamento se desprenden durante las mudas, excepto en algunos animales como las tortugas donde se fijan a la cáscara (imágenes chipeado).
No hay datos sobre el alcance de este marcaje, pero determinadas especies es prácticamente imposible verlas sin collar, como es el caso del lince ibérico.
A modo de ejemplo trataremos los datos del Argos System. Argos fue establecido en 1978 y es una colaboración entre la Agencia Espacial Francesa (CNES), la agencia estadounidense del Espacio (NASA) y la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (NOAA).
El sistema Argos en sí consta de seis satélites, que siguen órbitas polares a una altitud de unos 850 kilómetros (530 millas), 50 estaciones receptoras terrestres y dos centros de procesamiento de datos (un en EEUU y otra en Francia ).
Actualmente tiene unos 22.000 transmisores activos, de los que 8.000 corresponden a animales, 4.500 aves, 2.000 mamíferos terrestres, unas 800 tortugas marinas y otros 1.000 animales marinos (peces y sobre todo mamíferos).
Las balizas, los sistemas de fijación y las operaciones de colocación, que en animales grandes supone captura y sedación, pueden perturbar la conducta y los hábitos de los animales y las operaciones de colocación, que en animales grandes supone captura y sedación. En algunos casos con resultados fatales, como es el caso de los monos aulladores, en que numerosos de ellos murieron porque el collar interfería con la desparatització, en EEUU se han reportado casos de animales dañados o muertos por los collares, co colocados a menudo por personal poco formado o sin tener en cuenta el crecimiento del animal (ver polares ahogados
A pesar de los esfuerzos para dominar y domesticar el mundo salvaje esto sigue siendo un espejismo de control, las imágenes de Chernobil nos muestran zonas urbanas abandonadas, con la vegetación roto el cemento y con ciervos pastando. En los alrededores de los sistemas urbanos se multiplica toda una fauna salvaje por la que no se encuentra la manera de exterminarla: perros asilvestrados, zorros periurbanas, ratas y ratones, jabalíes … POR UN MUNDO LIBRE Y SALVAJE!