La semana pasada, varies compañeres nos enterábamos por la escoria mentirosa de la prensa burguesa de que un nuevo “espectáculo” represivo, protagonizado esta vez por la Guardia Civil (que habría costado más de 200000 euros en apenas 8 horas de operativo) culminó con la detención del compañero Gabriel Pombo da Silva (al cual los picoletos asaltaron su casa en Mos, donde el compañero lleva meses trabajando para habilitar el espacio con la intención de abrir un ateneo anarquista, y destrozaron todo, incluyendo el huerto, con el pretexto de la supuesta “búsqueda de las armas”) así como también con la detención de una segunda persona, a la que algunas fuentes, con su buena intención de difundir cuanto antes el incidente represivo pero yendo demasiado rápido y cayendo en el error de la inmediatez (ésto no lo digo como un reproche, compas, sino como una crítica constructiva a tener en cuenta en próximas situaciones) erraron en definir apresuradamente como “compañera”.
En este blog (y en otros medios contrainformativos concretos) se optó por no difundir nada en aquel momento y esperar a que el compañero Gabriel se pronunciase, debido a lo extraño y sospechoso del asunto y a que toda la información disponible entonces procedía de la prensa comercial y burguesa.
Ahora que el compa ha hablado, difundo sus palabras, no sin antes aclarar/advertir una cosa que me parece muy importante resaltar y tener en cuenta de ahora en adelante.
La mujer detenida junto a Gabriel en esta operación, denominada Operación Buyo, es María del Carmen Otero, la misma mujer que ya había sido detenida en 2013 en relación a un ataque incendiario contra el Club Financiero de Vigo, y que no sólo delató a los otros dos acusados (no presentes en el juicio) afirmando que eran ellos quienes se habían encargado de la acción y que ella lo único que había hecho era ofrecer su vivienda para alojarles esa noche y colaborar en la elaboración del comunicado de reivindicación, sino que además, una vez fuera del juzgado y con la sentencia de 2 años que le permitió no entrar a prisión se hizo fotografías (y las fotos aparecieron en todos los periódicos) abrazándose al empresario de dicha institución, y pidiendo perdón públicamente y arrepintiéndose de todo. Para más información de esto, podéis consultar este otro post, recuperando una nota del blog Abordaxe! que en aquel momento informó de estos hechos y que ahora es importante tener en mente.
¡Ojo con a quiénes llamamos compañeres!
¡Fuerza al compañero Gabriel Pombo da Silva y a la compañera Elisa di Bernardo!
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«Dentro como fuera» se palpa esta arrogancia reaccionaria. Se nota que lxs esbirrxs de toda raza y condición necesitan «aditivos y colorantes» para endulzar toda la «realidad» que resulta para ellxs inconveniente.
«Los periodistas» más preocupados por vender su propia mierda impresa que de verificar la veracidad de lo que publican. «La policía» más interesada en organizar especulaciones que en demostrar sus propias hipótesis.
Lo que realmente es «sorprendente» (o también no), es que desde que me dejaron ir (por no hablar de todo lo que encierra esta tremenda historia) tuviera más «protección» en el «poder judicial» que dentro del así llamado «movimiento libertario».
Desde el 2012 ya hay 3 Operaciones (Osadía, Scripta Manent y «nuestra» Operación Buyo) en mi contra.
En italiano «buio» significa «oscuro» y sí, «oscura» es toda esta operación en la que una «tipa» (de pasado oscuro) se nos acerca con la cuestión de ser «compañera» para luego quererme lapidar vivo. Aquellxs que quieran información sobre esta «tipa» que lea los siguientes enlaces y se había respondido solx. Yo no son ni un juez ni un fiscal.
En relación a las tonterías sobre el «campo de entrenamiento», sobre la «célula terrorista», sobre la «posesión de armas» y o tráfico de las mismas… bueno… creo que los hechos desmienten todo. Sin embargo, entiendo que en esta sociedad alienada y este sistema corrupto se prefiera hablar/mentir sobre las causas subyacentes de la pobreza que mirar el propio ombligo.
Aún estoy de pie. Sigo con mi línea anarquista a pesar de todxs y tantxs. El ateneo Agustín Rueda, que pienso inaugurar en la casa de mis padres allí en Mos, no lo podrán detener con este tipo de maniobras.
En mi casa se incautaron: 5 coles de invierno, libros y revistas anarquistas.
Es obvio que se encontraran en mi poder un solo cortauñas, Gabriel Pombo estaría escribiendo «comunicados» desde una celda y no en libertad.
¡A quien continúa apoyándome y mostrándome su amor incondicional: Estoy aquí!
¡A quien continúa queriéndome asesinar: Estoy aquí!
¡Nunca vencidx!
¡Nunca arrepentidx!
¡Por la anarquía y el fin de la dominación!
Gabriel Pombo da Silva
29 de de enero de 2017
Añadímos este otro artículo en relación a lo anterior también extraído de La Rebelión de las Palabras.
Haciendo algo de memoria… Sobre María del Carmen Otero, detenida en la Operación Buyo y supuesta “compañera”.
Ahora que el nombre de María del Carmen Otero ha vuelto a salir a colación después de que fuese detenida junto al compañero Gabriel Pombo da Silva en el contexto de la denominada Operación Buyo en relación a la supuesta tenencia y adquisición ilícita de armas con el objetivo de montar una presunta “célula terrorista” en Pontevedra, y sobre todo viendo que algunas personas, con buena intención pero de manera muy precipitada, han calificado a esa mujer como “compañera” por el mero hecho de ser detenida junto a Gabriel, me ha parecido necesario e importante recuperar del olvido y traducir y difundir de nuevo este artículo, publicado en su día en el blog de los compas de Abordaxe! y que habla sobre la deleznable actitud de delación, chivateo y arrepentimiento que esta mujer tuvo durante el juicio por un hecho anterior, ocurrido en 2013, por el que fue detenida (en concreto, el lanzamiento de dos cócteles molotov contra el Club Financiero de Vigo). En aquella ocasión, no sólo trató de salvar su situación acusando a sus dos compañeros de ser quienes lanzaron los artefactos, afirmando que ella se limitó a ofrecer su vivienda para alojarles esa noche y a ayudarles a redactar el comunicado, sino que además se reconcilió y posó amablemente a la salida del juzgado para las cámaras de la prensa burguesa y embustera, sonriendo junto al empresario del Club Financiero y arrepintiéndose de todo.
¿Casualidad que nadie haya vuelto a saber nada de ella hasta ahora, que reaparece en estas circunstancias tan particulares? Que cada cual saque sus propias conclusiones.
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El caso a tratar tiene vistas de superar lo imaginable en lo concerniente a juicios contra supuestas activistas antisistema. Ya hace tiempo, pusiéramos en duda el señalamiento como anarquista de otra persona envuelta en esta trama, Xavier Omaña, de quien desconocemos, a estas alturas, por qué ahora no fue juzgado ayer, pero todo huele a chamusquina en este curioso caso, como el hecho de que la joven viguesa que acaba de “reconcialiarse” con los jefes del “Club Financiero de Vigo” (ver foto) había publicado en una red social y antes de su juicio una nota reivindicativa en la que reconocía la autoría de la acción, sin daño personal alguno (ver aquí) y que finalizaba con estas palabras: “Y es por esto por lo que me veo obligada a denunciar y hacer pública mi situación hasta ahora silenciada”. “Porque sólo la solidaridad puede frenar su represión”. ¡MARÍA ABSOLUCIÓN! ¡LIBERTAD PRESAS POLÍTICAS! y ¡AMNISTÍA!; lo que no apuntaba a lo que los falsimedios cuentan de lo que pasó ayer en los juzgados, entre otras cosas que habían sido los otros quiénes habían lanzado los cócteles y que ella sólo ayudó a redactar la carta de reivindicación del acto. Os pegamos aquí un compendio de lo publicado en los falsimedios:
“La activista Carmen Otero, que colaboró con otras personas para lanzar dos cócteles molotov contra el Club Financiero de Vigo en el 2012, y el entonces director del foro empresarial, Jesús Bahíllo, sellaron ayer una emotiva reconciliación a la salida de los tribunales. Entre sonrisas y algún abrazo, posaron juntos en una foto cuando terminó la vista por conformidad.
La acusada, natural de Bueu y vecina de Vigo de 37 años, llegó a un acuerdo de conformidad con la fiscalía y evitó la celebración del juicio, y agradeció a los empresarios su comprensión porque rebajaron su petición de pena para evitar que ella ingresara en prisión. Se enfrentaba a 11 años de cárcel por daños y fabricación de explosivos pero aceptó una condena de dos años por un delito de daños. Con tal rebaja, su ingreso en la cárcel quedó suspendido siempre y cuando la acusada hiciera frente a las cuotas fijadas por la indemnización y no volviera a delinquir en 5 años, “no va a ver ningún delito ni en ese ni en ninguno otro plazo”, aseguró Carmen ante el tribunal. Además, indemnizará con 50 euros al mes durante 5 años al consorcio de seguros por la reparación. La Audiencia le concedió plazos para pagar esos 2.687 euros porque ella sólo cobra la ayuda del Risga. La vista por conformidad fue en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. La sala le aplicó el código penal más beneficioso.
A su salida de los juzgados, se mostró ante los medios satisfecha por el acuerdo alcanzado, agradeció el comportamiento del Club Financiero y se declaró inocente. Según dijo, “soy inocente desde el momento en el que cómo ciudadano tengo derecho a un trabajo y techo y cuando se te arrebata todo, la cabeza te lleva a reaccionar de una forma que nada tiene que ver con mi forma de ser, pacífica y sociable”. Así, reconoció que “fue un acto desesperado y ahora toca asumir las consecuencias”. Otero se considera «inocente» porque, según dice, fue impulsada a actuar así por culpa de la crisis, que ella define como «estafa financiera». «Multan al que revuelve en el contenedor de basura y no a otros», se quejó. «En esa época, yo estaba desesperada», se justificó. La activista anticapitalista estaba desempleada, sufrió una ruptura sentimental y pasó por un «mal momento».
Respecto al lanzamiento de los cócteles, en cuyas imágenes de seguridad aparecían dos hombres y ninguna mujer, dijo que “no participé directamente, fueron dos personas que en ese momento estaban en mi casa y les ayudé. Asumo una responsabilidad que no me corresponde”. Aclaró que cargó con toda la responsabilidad del acto y aseguró que, en realidad, quien tiró el artefacto explosivo fueron los dos jóvenes a los que ella dejó dormir en su casa esa noche y a los que ayudó a redactar una carta de reivindicación del acto. «Yo no estaba allí esa noche, estuvieron dos jóvenes que ya se marcharon del país. Yo sé escribir y me pidieron ayuda para la carta. Éramos chicos de la calle en un momento malo pero no había ninguna organización detrás. Se nos ocurrió poner ADAI, un nombre inventado. Esa organización no existía, ni existe, fue inventada en ese momento. Fue una obligación porque se le atribuía a otras personas y se anunciaban consecuencias. Lo hicimos para que los de Resistencia Gallega no pagaran por algo que no habían hecho», dijo. Contó que ella fue sospechosa porque colecciona armas legales y de fogueo.
Trabajó cómo vendedora de seguros e inmobiliarias. El arresto le perjudicó en las entrevistas de empleo. «La gente pone mi nombre en Google y salgo como una terrorista fuertemente armada. Me duele que mis vecinos retiren la cara cuando se cruzan conmigo en la calle, eso ya es bastante condena. Soy sociable, pacífica y solidaria», afirmó.”