The struggle continues: contra las cárceles

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Va de cárceles.

A día de hoy nadie parece saber qué hacer frente a las intolerables condiciones de vida que padecen los presxs sometidxs a régimen de aislamiento.

Resulta más que evidente que pese a los esfuerzos realizados por lxs abogadxs
denunciando todas y cada una de las agresiones sufridas en este régimen criminal, nada cambia.

El gobierno español hace caso omiso tanto del informe anual del defensor del pueblo, que denuncia que las cárceles siguen sin tener un registro de quejas por malos tratos así como las dificultades de lxs presxs para presentar pruebas que den soporte a sus denuncias, tales como copia del parte de lesiones, fotografías y acceso tanto a estas como a las grabaciones videográficas, etc, como del último informe del comité europeo de prevención de la tortura, publicado en noviembre del pasado año, informe que declara «estar especialmente preocupado por el hecho de que, dada la amplia incidencia y frecuencia de los malos tratos físicos en las cárceles españolas, ningún procedimiento penal llegó a la fase final de la investigación entre 2014 y 2016. Sin enbargo, prosigue el informe, esto no nos resulta sorprendente ya que una serie de diversos factores contribuye a este fenómeno de IMPUNIDAD. Por ejemplo, la ausencia o calidad deficiente de los registros médicos, no informar adecuadamente de los posibles casos que puedan ser sospechosos de maltratos físicos, el traslado de reclusos a otros centros penitenciarios tras algún altercado de importancia, el archivo de contrademandas por parte del personal de custodia y la falta de confianza de lxs presxs en la efectividad e imparcialidad del sistema de denuncias»

Con estos mimbres, lxs presxs están a merced de un puñado de carcelerxs psicópatas que no solo niegan las agresiones sino que denuncian al apaleadx por calumnias, resistencia o atentado a la autoridad, según el caso.

Por otro lado, más de doscientas personas murieron el año pasado en prisiones, comisarías, CIEs y demás centros de custodia de este país, sin que nadie, a excepción del puñado de asociaciones, observatorios y demás grupos ocupados y preocupados por esta gente,haya levantado la voz.

Las noticias sobre lo que ocurre dentro solo tienen relevancia si politicastros del tres al cuarto manifiestan que la comida del talego les provoca flatulencias o cuando sucede algo tan terrible como lo del pasado 7 de enero, cuando el personal del Instituto de Medicina Legal de Oviedo estuvo a punto de practicarle la autopsia a un preso de la cárcel de Villabona, dado por muerto por tres médicos, dos de ellos de la propia prisión, tras ingerir un bote de pastillas.

Entre esta desafección generalizada, la inoperancia de la vía legal, la falta de ideas e inmovilismo de los grupos de apoyo y el adormecimiento y alienación de la propia población reclusa, lxs presxs más conscientes no se resignan y luchan contra el monstruo con la única herramienta de la que disponen: sus cuerpos.

Una vez más, José Adrián Poblete Darre, recluido en el aislamiento de la cárcel de Albocásser en Castellón, inició el 7 de enero una huelga de hambre indefinida, uniéndose a otrxs compañerxs presxs que han optado también por ella para denunciar el insoportable goteo de muertes y torturas en prisión, la dispersión como forma de castigo y el mantenimiento del régimen FIES, la muerte en vida decretada por lxs mismos que afirman que el fin último de las cárceles es la reinserción.