Bloque anarquista contra el cambio climático, 8 de septiembre
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El cambio climático es producto de la sociedad industrial nacida, hace dos siglos, en Europa e impuesta violentamente al resto del mundo. Han sido dos siglos de envenenamiento continuado mediante nocividades de todo tipo que han traído consecuencias devastadoras: deforestación, desertificación, sequías, inundaciones, hambrunas, tormentas violentas, extinción de millones de especies….Ante esta situación hay muchos que buscan una solución…..
– Las soluciones estatistas e izquierdistas: reformas que sólo llevan a una intensificación de la miseria más allá de lo que podamos imaginar. Las soluciones de los izquierdistas no sólo no critican la sociedad industrial sino que la colocan en un lugar privilegiado en todo proceso de cambio. Cualquier solución al cambio climático tiene que surgir de sus tecnologías, cuando hemos visto que ha sido el desarrollo de las tecnologías industriales o complejas las causantes del cambio climático, es la huida hacia delante de la lógica de la ideología del progreso. Creando la ilusión de que existen atajos tecnológicos sin tener en cuenta la raíz de las causas del cambio climático: principalmente la emisión de gases de efectos invernadero. Una de estas «soluciones» tecnológicas es la manipulación del clima mediante la geoingeniería la cual plantea grandes riesgos para los ecosistemas, ya que se basa en un consumo excesivo de tierra, aguas y otros elementos naturales que algunos se empeñan en llamar recursos. Aquellos que ven la solución en la tecnología no paran de dar palos de ciego: los transgénicos iban a acabar con el hambre del mundo…las energías verdes con la contaminación….todo ello para que el sistema tecno-cientifico continúe funcionando pero aumentando la miseria de aquellos que tenemos que sobrevivir en él. Promueven estatistas e izquierdistas la regulación de las nocividades, intentan ocultar que regularlas es aceptar su existencia, promoviendo tratados que regulen la emisión de gases de efecto invernadero. Es una maniobra de distracción. Reducir las emisiones quiere decir aumentar la cantidad de gases pero de una forma más lenta. El clima cambia en función de la cantidad de carbono o metano, y no de las emisiones anuales, en la atmósfera; por lo tanto disminuir las emisiones continúa provocando el cambio climático. Por lo tanto izquierdistas, políticos, Ong´s.. sólo pretenden regular la devastación, la misma que está asesinando todo lo vivo en cualquier lugar del planeta, para poder continuar viviendo en este sonambulismo tecnológico.
– Capitalismo verde, control social y aceptación de las condiciones de ida: La crisis climática no destruirá el capitalismo, no nos enfrentamos a un colapso sino a una restructuración de las condiciones de vida. El capitalismo industrial se está adaptando al final de la existencia de los combustibles fósiles y siguiendo su lógica de eficiencia y eficacia se ha vuelto verde y ecológico está promoviendo y desarrollando energías alternativas para que el mundo pueda seguir funcionando tal y como es ahora, las llamadas energías verdes perpetúan la existencia del capitalismo, es más, no existen las energías verdes y/o limpias en la sociedad industrial. La energías verdes siguen provocando la devastación desde la energía solar, cuyos paneles solares compuestos de silicio (cuya extracción envenena las zonas cercanas a la mina con consecuencias
devastadoras en la vida de quienes pueblan zonas cercanas) hasta la energía eólica con cuyos materiales pasa exactamente lo mismo. Nada es verde en la sociedad industrial, la producción de coches ( o cualquier
otro artefacto industrial) ecológicos crea cientos de nocividades desde la extracción de los materiales que lo forman, la energía necesaria para su funcionamiento, hasta el proceso de fabricación del mismo, por no hablar de las relaciones sociales que todo ello genera. El mundo verde, de las energías verdes nos llevará a la misma pesadilla que produjo la «revolución verde» del siglo pasado.
Ante la devastación que está provocando el cambio climático, el Capitalismo está desarrollando medidas de control social, ya que serán millones los que huyan de los lugares que el cambio climático convertirá en inhabitables. Europa ya se está protegiendo con numerosas medidas: desde fronteras militarizadas, medidas estrictas de seguridad interna, vigilancia biométrica, pruebas de ADN y un largo etc. Todo ello destinado al control y la represión de aquellos que no tienen cabida en la fortaleza europea y a aquellos de sus habitantes que se rebelan contra las condiciones de vida impuestas. Es entonces necesario atacar la raíz del problema: la organización industrial del mundo, la sociedad tecno científica y su mundo sin delegar ni en nada ni en nadie. Sólo así podremos acabar con una catástrofe que ya está en curso.