[Berlín, Alemania] Ataque incendiario a una comsaria
Extraído de La rebelión de las palabras
“Nuestra propaganda sigue siendo el ataque: ¡los policías son asesinos!”
No se necesita ninguna palabra de justificación para eso, para lo que le ha pasado a una comisaría de policía en Berlín en la madrugada del 27 de febrero de 2019. Todes aquelles que ya fueron esposades, humillades, agredides sexualmente, apaleades, conducides a través de las calles, encarcelades o detenides por los maderos entienden nuestro lenguaje. Nuestro fuego habla a aquelles que han entendido o aprendido que siempre es un peligro para la vida y para las extremidades caer en manos del Estado. Muches de les que fueron arrastrades al interior de coches patrulla o comisarías de policía no salieron vives de allí.
No esperamos justicia, ni unos maderos más humanitarios. Por el contrario, profundizamos en nuestra determinación enemiga y dibujamos una línea que es apropiada para la calidad de los conflictos sociales. No hay nada que discutir con los asesinos y sus colaboradores. Ni siquiera si os presentáis todos los años como amigos y ayudantes en sus congresos policiales.
Nada está olvidado y nosotres no estamos preparades para perdonar. En vez de celebrar nuestro propio rol como víctimas, es necesario organizar más ataques contra la policía y desarticular su sentido de la inviolabilidad paso a paso.
A parte de esto hemos contribuido con nuestro acto. La indiferencia con la que los policías y la prensa lidian con el ataque al edificio en Invalidenstraße oculta sus pérdidas. Cuando prendimos los 60 litros de gasolina usados debajo del toldo del área de entrada, el fuego pudo atascarse debajo del techo y causar un daño considerable allí, lo que les recordará durante mucho tiempo que no deben esperar nada más que nuestro odio.
Saludamos a Loic en la prisión de Hamburgo ya todos los prisioneros de la guerra social y les prometemos que continuaremos apuntando a los cerdos.
Por Ebuka Mama Subek, quien fue asesinada recientemente en una comisaría de policía en Atenas. Para Oury Jalloh, Hans-Jürgen Rose y Mario Bichtemann, que fueron asesinados por cerdos en Dessauer. Para Halim, Carlo, Dennis y Amed!
¡Por la venganza revolucionaria!