[MADRID] ACERCA DE LA CONCENTRACIÓN SOLIDARIA CON EL E.S.O.A. LA DRAGONA
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ACERCA DE LA CONCENTRACIÓN SOLIDARIA CON EL E.S.O.A. LA DRAGONA
El pasado 18 de octubre, el Ayuntamiento de Madrid (liderado por Almeida, del Partido Popular), desalojó el Centro Social Okupado “La Dragona”. Por la mañana se presentaron en el edificio y lo allanaron consiguiendo cercarlo de policía de forma permanente y realizando destrozos en el interior por parte de los trabajadores que habían contratado.
Por la tarde, se convocó una concentración como respuesta al desalojo, a la cual acudieron cerca de 200 personas. La policía municipal (la unidad de antidisturbios), continuaba cercando el edificio con varias furgonetas y las personas que acudieron al lugar, permanecieron durante más de una hora gritando consignas y encarándose con la policía. Tras el rato de confrontación verbal, la policía decidió dispersar la concentración por las bravas: arrancaron las furgonetas e intentaron atropellar a la gente y comenzaron a empujar a los asistentes. Ante dicha actitud, la concentración se volvió un intento más o menos fructífero de bloqueo de una pequeña parte del barrio.
Los compañeros que se encontraban allí, respondieron con piedras y cuerpo a cuerpo a los empujones de la policía hasta que la gente decidió situarse en la carretera y bloquear así el tráfico de la rotonda de Agustín González. Los coches que pretendían pasar, se daban la vuelta tras explicarles el motivo del bloqueo y varias personas simpatizaron inmediatamente con la situación, dándose la vuelta sin poner ningún problema y lanzando mensajes de apoyo. Se permaneció durante una hora cortando el acceso de la calle Santa Prisca con dicha rotonda, hasta que los compañeros decidieron continuar con la marcha hacia la Avenida de Marqués de Corbera formando barricadas a su paso para impedir que los coches y furgonetas de la policía los alcanzaran. La acción terminó en la intersección de esta última calle, en la que se cruzaron numerosos contendores, se paró el tráfico durante un buen rato y se estuvo aguantando hasta que la policía decidió intervenir. A partir de ese momento, se dispersó la gente a la carrera y lo que sabemos es que la policía aún tardó un rato más en reestablecer el tráfico. No se han registrado detenidos. Quizá algún herido por porrazo, ante lo cual tampoco se ha sabido nada “oficial”.
Algunas personas que estuvimos ahí, hemos querido hacer esto público ante el silencio que se ha producido durante toda la semana, pues parece que han desalojado La Dragona y que aquí no ha pasado nada. Creemos que estas acciones son dignas de reproducir siempre, especialmente en una ciudad como Madrid en la que hace bastantes años que no se plantaba cara de esta forma ante un desalojo. Nos hemos acostumbrado a que “desalojos son mudanzas” y nos hemos resignado durante todo este tiempo a que las cosas no pueden ser de otra forma. Pero el otro día en La Elipa, vimos bastante gente que tenía mucha rabia y ganas de que las cosas no transcurrieran con normalidad, dentro de las posibilidades que había y de las circunstancias que nos acompañan.
No sabemos el motivo por el cual nadie ha querido hacerse eco de la concentración solidaria con la Dragona, ni si quiera las propias personas del Centro Social. No queremos buscar responsabilidades directas con esto, pero nos parece muy necesario que el resto de compañeros y de personas que no acudieron a la concentración, sepan que se respondió. Hacer esta pequeña crónica, puede servir como aliento e inspiración, puede sentar un pequeño precedente y puede hacernos reflexionar sobre cómo estamos encarando los desalojos en los últimos tiempos.
Sabemos que tenemos potencial, sabemos que podemos cambiar las cosas y queremos contagiar este espíritu. Valoramos muy positivamente la respuesta de todas las personas que estuvieron en la concentración y animamos que se sigan reproduciendo este tipo de respuestas en cada desalojo.
Mandamos un caluroso saludo a los compañeros de La Dragona, que durante 11 años han dado vida a un espacio muerto. 11 años de andadura, que se dice rápido, por la cual han pasado tantos y tantos proyectos y colectivos. 11 años manteniéndose firmes ante el chantaje del Ayuntamiento y negándose a negociar. Quizá no habría ni que mencionar esto, porque la okupación (con “k”) no entiende de estos procesos de legalización, pero en los tiempos que corren, resulta algo a destacar que algunos centros sociales okupados continúen siendo eso mismo, okupados y alejados de las instituciones. Algo que es muy necesario si queremos que la herramienta de la okupación, tal y como se entiende desde los orígenes, no sea algo recuperado, institucionalizado y pacificador.
Esperamos que el desalojo no signifique más que un cambio de espacio y la continuidad de todos los proyectos que se albergaban en ese edificio.
UN DESALOJO, OTRA OKUPACIÓN
SOLIDARIDAD CON LOS CENTROS SOCIALES OKUPADOS