[Chile] Un viaje sin retorno a nuestra completa libertad y dignidad

Recibido por correo electrónico y extraído de la publicación anarquista «Confrontación» en la edición especial octubre/noviemebre 2019.

 

UN VIAJE SIN RETORNO A NUESTRA COMPLETA LIBERTAD Y DIGNIDAD

El estallido social iniciado el 18 de octubre y la represión desatada
por el Estado demostraron el fracaso del modelo político chileno y su
modelo económico.

El origen de todo esto va más allá del gobierno contra el que hoy
combatimos, y la revuelta que se propagó luego de las evasiones masivas
protagonizadas por estudiantes en lucha tiene su origen en la rabia por
los atropellos soportados y permitidos por décadas. Nada bueno puede
surgir como consecuencia de entregar al Estado, políticos y autoridades
la capacidad de decidir sobre nuestras vidas al mismo tiempo que
intentamos sobrevivir en un sistema que transforma nuestras necesidades
en un negocio y nuestro tiempo en el dinero que nos han impuesto como la
única forma de obtener lo que necesitamos.

Haciendo estallar las calles y las conciencias, muchas personas hemos
sentido que con la explosión de la rabia nos hemos embarcado en un viaje
sin retorno hacia la recuperación de nuestra completa dignidad y
libertad. Y en medio de todo lo que estamos experimentando en lo
personal y lo colectivo sabemos que hay personas que antes del 18 de
octubre ya transitamos por los caminos de la lucha ancestral por una
vida libre sin Estado ni autoridad.

En ese caminar, hemos aprendido que la medida del Estado de emergencia
con militares en la calle y toque de queda decretada por el gobierno
derechista de Piñera es solo una parte del arsenal represivo que todos
los gobiernos han puesto en practica con variadas formas a lo largo de
la historia.

ROMPIENDO CON UNA NORMALIDAD IMPUESTA DESDE HACE SIGLOS

En Chile y en el mundo la tortura, el engaño, el asesinato, la
injusticia y las reformas que no cambian nada estructural han sido parte
la existencia histórica del Estado como herramienta de opresión en
beneficio de una elite.

Antes, y también ahora, en Chile ha habido gente muerta, asesinada,
torturada, encarcelada, golpeada o desaparecida por el hecho de luchar
contra el orden impuesto o solo por su condición económica, sexual o
étnica.

Por nuestras venas circula una sangrienta historia de intervención
militar y policial para aniquilar las revueltas sociales y las luchas
por una vida digna y libre de opresión: el exterminio al pueblo mapuche,
la Matanza de Santa María de Iquique, la dictadura de Pinochet, el
estado policial de la democracia y ahora también la represión aguda
contra la que nos hemos enfrentado.

Sin embargo, en las últimas semanas muchas más personas palparon en
carne propia el rol opresor del Estado policial militarizado que ya era
evidente acechando hace años en lugares como el Wallmapu, casas okupa,
poblaciones combativas y liceos en lucha a quienes el Estado declaró la
guerra hace ya bastante tiempo.

Hoy las autoridades vuelven a proteger el orden social, político y
económico que han construido para su beneficio y lo hacen reprimiendo en
las calles, engañando a través de la prensa y hablando de un supuesto
enemigo que busca afectar la vida de las personas.

Ese enemigo que ellos mencionan es cada persona que lucha y cada acto
rebelde que se multiplica buscando abrir paso a formas de relacionarse,
de organizarse y de vivir opuestas a las que nos han impuesto por años.

Por este motivo los políticos, empresarios y fuerzas represivas intentan
convencernos de que hay que tenerle miedo a la desobediencia y a la
revuelta. Intentan que caigamos en la trampa de pensar que sus intereses
y los nuestros son los mismos. Pero a diferencia de otros momentos en la
historia reciente, hoy muchas más personas no les creemos y seguimos en
la lucha.

Por eso no olvidamos cada golpe, cada disparo contra nuestros cuerpos y
los de nuestras personas cercanas, cada mentira ni a cada cómplice que
se ha posicionado a favor de los poderosos y de su represión.

Tampoco olvidaremos cada acto de rebelión, cada abrazo y cada gesto de
apoyo entre compañeres, amigues y vecines. Esa memoria y esos gestos de
rabia, amor y rebeldía forman parte del escenario de vida y de lucha que
cada día vamos construyendo.

LA SOLUCIÓN ESTÁ EN NUESTRAS MANOS

En Chile, algo empezó a cambiar. Algunes han despertado antes, otros
después, pero lo cierto es que a pesar de la represión seguimos quitando
terreno al modo de vida con el que hemos decidido romper.

Hoy somos más quienes no queremos entregar a nadie más que a nosotrxs
mismxs la facultad de dirigir los acontecimientos y los procesos hacia
un horizonte de libertad y dignidad. Por eso sabemos que lo que
construyamos de aquí en adelante dependerá de nosotrxs y no estamos
dispuestxs a entregarle a otros la capacidad de decidir sobre nuestras
vidas.

Ni la izquierda oportunista ni a la derecha dictatorial. Ni el Frente
Amplio ni cualquier partido político. Ni la renuncia de Piñera, ni
nuevas elecciones ni una nueva Constitución. Nada que provenga del orden
establecido con el que estamos rompiendo podrá entregarnos una solución.

Sabemos que muchas preguntas e inquietudes de cómo seguir inundan a gran
cantidad de personas en estos momentos. Desde nuestra identidad
anárquica de lucha contra toda autoridad, y desde lo que hemos
experimentado en contacto con otras voluntades en medio de la revuelta,
hemos ido encontrando las respuestas y las herramientas en la
experiencia y el aprendizaje de tomar posiciones de lucha en la
agudización del conflicto contra orden social que combatimos. Esas
herramientas y esas respuestas las vamos encontrando en la
multiplicación de los actos en los que se expresa la desobediencia, el
apoyo mutuo y la acción directa.

Luchar en conjunto y apoyarnos ante los efectos de la represión y el
miedo al desbastecimiento provocado por el Estado, salir de nuestros
mundos personales y juntar fuerzas con otras personas, aportar cada cual
según sus capacidades para actuar y pensar juntxs posibilidades de vida
distintas a las existentes han sido las respuestas que hemos ido
forjando desde la autonomía de no depender de nadie más que de nuestra
voluntad puesta en acción.
Todo esto ha sido experimentado por miles de personas en las últimas
semanas. Todo esto y más se ha desarrollado sin ningún tipo de líderes
ni dirigentes.

De aquí en adelante, lo que cada une de nosotrxs aporte influirá en el
curso de lo que pueda o no suceder.

Pase lo que pase, nosotrxs seguiremos luchando y encontrándonos con
todas aquellas personas que siguen experimentando y expandiendo la
libertad en cada acto de revuelta contra el orden del dinero y la
autoridad.
No nos rendiremos, no retrocederemos. Seguiremos construyendo un mundo
nuevo sobre las ruinas del sistema que estamos destruyendo.

¡A MULTIPLICAR LA DESOBEDIENCIA, EL APOYO MUTUO Y LA ACCIÓN DIRECTA!
¡QUE VIVA LA REVUELTA CONTRA TODA FORMA DE OPRESIÓN Y AUTORIDAD!

Publicación Anarquista Confrontación (Chile)
Edición especial octubre/noviemebre 2019