[Chile] Una mirada anárquica al contexto de revuelta y represión (Parte II)
Recibido por correo electrónico. Parte I.
Ya ha pasado más de un mes desde que difundimos la primera parte de este
texto compartiendo información y reflexiones anárquicas sobre el
contexto chileno desde el inicio del llamado «estallido social» desatado
el día 18 de octubre. El anterior abordaba hasta la víspera de la gran
manifestación en el centro de la ciudad anunciada para el día viernes 25
de octubre.
Desde ese día hasta ahora han ocurrido muchos sucesos que podrían ser
expuestos de manera detallada, sin embargo hemos seleccionado ciertos
elementos y reflexiones que nos parecen relevantes para difundir,
sabiendo que otrxs compañerxs han estado también aportando a al registro
y la circulación de información sobre lo que está ocurriendo en estas
tierras en revuelta.
Esperamos que estas palabras que lanzamos hacia nuestrxs compañerxs de
todas partes puedan nuevamente contribuir a propagar una vez más
experiencias y reflexiones que puedan ser esparcidas en los más diversos
idiomas y latitudes donde se expresa la anarquía:
1. EL INTENTO FALLIDO DE PACIFICAR LA REVUELTA
Con más de 1,5 millones de personas en el centro de la ciudad de
Santiago, la autoconvocada «marcha más grande de la historia» concentró
el día viernes 25 de octubre a toda la diversidad de personas en lucha.
Con una prácticamente inexistente participación de partidos políticos de
izquierda y sin ningún tipo de capacidad de amenaza desde grupos
fascistas, todas las formas de manifestación se desarrollaron hasta
altas horas de la noche a pesar de la restricción del toque de queda,
incluyendo una vez más intensos disturbios y enfrentamientos con la
represión en el centro y las periferias de Santiago y otras ciudades.
Mientras la represión hacía su trabajo propagando e intensificando sus
formas de violencia, desde el gobierno y los medios de comunicación se
intentó imponer la idea que esta marcha sería la culminación de un
proceso en el que la gente instaló sus demandas y que ya era hora de
«volver a la paz». Los canales de televisón culminaron esa noche las
transmisiones conjuntas iniciadas el 18 de octubre y, luego de la
campaña de lavado de imagen sobre los militares, los días posteriores el
gobierno retiró a las tropas de las calles. Luego, los días sábado 26 y
domingo 27 de octubre, se decretó el fin del toque de queda en Santiago
otras ciudades del país.
El poder apostaba todas sus fichas hacia un retorno a la normalidad para
el día lunes 28 de octubre, pero la realidad evidenciò algo
completamente distinto y tal vez sorpresivo: miles de personas volvieron
a salir a las calles y copando el centro de la ciudad con cacerolazos,
pancartas, intervenciones urbanas, disturbios y choques con la policía
bajo la consigna de «no habrá ningún retorno a la normalidad». El poder
había perdido una nueva partida con el descontento, la protesta y el
caos generalizado y una nueva fase del estallido comenzò a gestarse a
partir de ese momento.
2. CONTINUIDAD DE LAS MANIFESTACIONES Y LOS DISTURBIOS
Con el correr de los días, las ciudades se transforman en un escenario
en el cual la progresiva «vuelta a la normalidad» del trabajo, el
comercio y el sistema de transporte coexiste y disputa con la
continuidad de las convocatorias, los disturbios y las instancias de
autoorganización en barrios a través de asambleas territoriales y otras
instancias de encuentros y participación política.
Desde el día lunes 28 de octubre, cada semana, tres o cuatro días de
protestas masivas e intensas se comienzan a desarrollar principalmente
en el centro de Santiago. El palacio de gobierno se mantuvo inicialmente
cercado por la policía y en los límtes del anillo perimetral se
desarrollaron disturbios durante varios días. Posteriormente, ante el
cerco represivo en torno al palacio de gobierno, las protestas se
continuaron autoconvocando para el sector de Plaza Italia, lugar
emblemático del centro de la ciudad que fue rebautizado por lxs
manifestantes como «Plaza de la Dignidad». Hacia allá también se
trasladaron los enfrentamientos con la policía, las barricadas, los
saqueos y ataques a dependencias estatales y empresariales.
En otras regiones del país también continuaron las protestas con la
presencia de diversos tipos de manifestantes que comienzan a expresar
gratitud y agradecimiento hacia lxs encapuchadxs de la llamada «primera
línea», instalando la idea de que ellxs están dispuestxs a arriesgar su
vida y su integridad para permitir que el resto de las personas pueda
manifestarse. Esta idea se ha mantenido hasta ahora en paralelo al
avance de la represión, la creciente desaprobacion contra el gobierno y
el masivo descrédito hacia los medios de comunicación
3. DISPOSITIVOS DE REPRESIÓN MASIVA Y SELECTIVA
Con el retiro de los militares de las calles, ha sido la policía
uniformada y civil la fuerza represiva a cargo de atacar la revuelta en
curso. Algunos de los métodos e instrumentos utilizados para la
represión masiva y selectiva han sido los siguientes:
– Disparos directos de perdigones y bombas lacrimógenas hacia el cuerpo
de manifestantes, concentrados en la zona de la cabeza y los ojos,
dejando un gran número de personas contusas y con diversos niveles de
daño facial, craneal y ocular incluyendo pérdidas totales de ojos y
capacidad de visión. Hasta la fecha, se han registrado más de 20
manifestantes muertxs y más de 200 personas con daño ocular severo,
resultando elpecialmente significativo el caso del estudiante Gustavo
Gatica, quien quedó con pérdida total de visión producto de un ataque
policial hacia sus ojos.
– Intoxicación y quemaduras producto de los agentes químicos presentes
en gases lacrimógenos y en el líquido de carros lanzaaguas.
– Apeleamientos y golpes de diverso tipo contra personas adultas y
menores de edad, además de agresiones a personas y animales que viven en
la calle.
– Detenciones con agresiones físicas y psicológicas a todo tipo de
manifestantes, incluyendo agresiones sexuales de diversa clase
principalmente contra mujeres y personas de géneros no binarios.
– Simulaciones de fusilamiento a personas detenidas.
– Utilización de drones, vehículos y agentes de civil para registrar,
seguir y detener a personas identificadas como autoras de disturbios.
– Agresiones y detenciones a personas que no se encuentran participando
activamente de las manifestaciones, incluyendo a voluntarios que
realizan labores autónomas y solidarias de primeros auxilios para ayudar
a quienes protestan. Como ejemplo de lo anterior, se registra el caso de
Abel Acuña, manifestante que el día viernes 15 de noviembre perdió la
vida en Plaza Dignidad por no poder ser atendido adecuadamente debido al
ataque directo de la represión contra el equipo de primeros auxilio que
intentaba reanimarlo. También se registra el caso de Fabiola Campillai,
mujer que perdió sus dos quedando con fractura craneal por el impacto de
una bomba lacrimógena arrojada por la policía a su rostro en medio de
disturbios mientras ella se dirigía hacia su trabajo.
– Adquisición y uso de nuevos instrumentos represivos, tales como como
gastos millonarios para la compra de nuevos vehículos policiales, gases
de alto nivel tóxico capaces de causar vómitos y pérdida de control de
esfinter, perdigones que disparan sacos de vidrio molido, granadas de
estruendo e instrumentos de impacto sonoro unirideccional capaces de
aturdir y dejar con trauma acústico temporal o permanente a quienes son
golpeadxs por un shock sonoro capaz de reventar el aparato auditivo
humano.
– Se han registrado casos de represión selectiva a manifestantes,
dirigentes de organizaciones sociales, estudiantiles y de derechos
humanos bajo la forma de amenazas de muerte, detenciones en espacios
públicos y residenciales, además de agresiones, tratos denigrantes e
interrogatorios con amenazas y torturas de diverso tipo. Sobre esta
situación se puede mencionar la existencia de testimonios y registros
audiovisuales que denunciaron el día jueves 21 de noviembre el uso de un
centro comercial saqueado como lugar secreto de detención y torturas por
parte de la policía en la comuna de Quilicura para mantener a personas
detenidas y que fueron golpeadas, obligadas a exaltar la figura de los
policías y luego liberadas en medio de la noche completamente desnudas.
También se registra el caso de un joven estudiante de la ciudad de
Antofagasta quien denunció el día 06 de noviembre que la noche anterior
había sido interceptado por una camioneta roja con policias de civil que
intentaron llevarselo para controlar su identidad. Ante la negativa del
joven a ser detenido le aplicaron una descarga eléctrica en el pecho
para llevarlo luego a un recinto clandestino donde pudo ver a otras
personas detenidas y golpeadas, mientras que a él lo torturaron
insertando agujas por debajo de sus uñas mientras le exigian que
entregara información sobre personas y organizaciones que estuvieron en
la manifestación.
Para mantener y encubrir estos actos represivos, la policía, el gobierno
y la prensa han mantenido una férrea defensa y proteccion del accionar
policial. En perfecta coordinación autoridades policiales, miembros de
gobierno, periodistas y personajes mediáticos serviles al poder se han
preocupado de sostener la tesis de que las policías se encuentran
superadas por el accionar delictual de lxs vándalxs, censurando la
información y las imágenes de la represión. La estrategia del poder
también ha incluido cuestionar y desconocer la veracidad de los informes
elaborados por diversos organismos no gubernamentales que señalan la
existencia de de metodos sistemáticos de represión que vulneran la
integridad de las personas buscando la traumatización del cuerpo que
protesta. Desconociendo tales informes, el poder protege a los agentes
represores y les asegura una promesa de impunidad.
4. INICIATIVAS INSTITUCIONALES: REFORMISMO Y REPRESIÓN PARA VOLVER A LA
NORMALIDAD
La noche del día jueves 14 de noviembre se reunieron en el parlamento
representantes de casi todos los partidos politicos con presencia en el
Congreso para discutir una salida institucional a la demanda por una
nueva constitución, intentando con esto apaciguar la revuelta con una
salida reformista. A altas horas de la madrugada comunicaron que su
acuerdo fue convocar para el mes de abril de 2020 a un plebiscito
nacional para que a través del voto se decida si se elabora o no una
nueva constitución política para terminar con la que permanece vigente
desde la dictadura de Pinochet. si gana la opción de nueva constitución
se realizaría otro plebiscito para decidir la modalidad en la cual ésta.
Una opción sería lo que llamaron una «Convención Mixta Constituyente»
compuesta por miembros del Parlamento y también por delegados especiales
elegidos a través del voto para participar del proceso de elaboración de
una nueva constitución. La otra opción sería lo que acordaron denominar
«Convención Nacional Constituyente», en la cual no participarían
integrantes del Parlamento sino que solamente delegados electos a través
del voto para redactar un nuevo documento constitucional. Esta segunda
opción sería la más cercana a la demanda de una asamblea constituyente
planteada por un sector importante de gente movilizada que considera a
la constituciòn actual como un problema estructural a resolver.
En paralelo, el Estado, la prensa y analistas políticos serviles al
poder han dado continuidad al discurso del enemigo interno, centrando el
foco comunicativo en la figura de lxs saquedorxs y planteando la idea de
que éstxs son delincuentes ligados al narcotráfico y el anarquismo. Con
esto se intenta una vez más criminalizar la protesta y establecer
consensos con la población que defiende la protesta pero condena los
saqueos bajo la idea de que «alimentan una imagen negativa del
movimiento», estrategia que busca – y en cierta medida logra- generar al
menos un punto de división aprovechado por el poder.
El 28 de noviembre, solo días después del acuerdo parlamentario en torno
al plebisicito constitucional, se aprueba también en el Parlamento dar
curso legislativo a proyectos presentados por el presidente Sebastián
Piñera correspondientes a leyes anti-disturbios, anti-capuchas,
anti-saqueos y anti-barricadas, buscando castigar de manera más dura las
expresiones radicales de la protesta y difundir el temor entre quienes
se manifiestan en la calle. A esto se suma otro proyecto que busca
permitir que los militares puedan ser sacados a la calle sin necesidad
de decretar «estado de emergencia», con el pretexto de custodiar
«infraestructura estratégica», que en la práctica, según el gobierno y
los defensores de la propuesta correspondería, por ejemplo, a estaciones
del tren subterráneo, centrales eléctricas y dependencias
gubernamentales.
A estas tendencias represivas se han sumado grupos de personas
contrarias a las manifestaciones que desde hace semanas se organizan en
distintas ciudades para proteger locales comerciales, limpiar calles y
también atacar manifestantes de manera grupal e individual, como ocurrió
el día 10 de noviembre en la cudad de Viña del Mar donde un fanático
neoliberal de derecha de origen estadounidense disparó contra un grupo
de personas que participaban de la protesta. Entre estas personas que
colaboran con el poder participan desde fascistas convencidos hasta
ciudadanos de «clase media» y burgueses de diverso con un discurso de
«paz» y generalmente protegidos por la policía.
Lo cierto es que desde ya desde el mismo 18 de octubre en adelante se
han contabilizado una cifra de más de 35.000 personas detenidas en el
contexto de las protestas, de ellas 2.537 han quedado en prisión
preventiva acusadas de vandalismo e incendio contra estaciones del tren
subterráneo, ataques con bombas molotov durante disturbios y otros
cargos. Una coordinadora de solidaridad con estxs presxs se ha estado
articulando reivindicandolxs como presxs políticxs de la revuelta.
5. NUEVOS ELEMENTOS PARA LA LUCHA CALLEJERA
Desde el 18 de octubre hasta la fecha se registran 107 ataques a
cuarteles policiales por parte de manifestantes. A esto se se suma el
impacto de las intervenciones callejeras realizadas por miles de mujeres
en las manifestaciones y en el exterior de edificios gubernamentales y
policiales para denunciar la violencia política y sexual del Estado y su
represión.
Con el correr de las semanas comienzan a aparecer en Santiago
convocatorias para desplazar las protestas desde el centro de la ciudad
hacia los sectores acomodados del llamado «barrio alto» ubicado hacia el
oriente de Plaza Dignidad. Esto genera disturbios, saqueos y ataques a
sedes de partidos polìticos de derecha, locales comerciales y oficinas
empresariales, además de choques con la policía y ciudadanos defensores
de la paz de los poderosos.
Otro elemento importante ha resultado ser la respuesta ante la
represión. Por una parte, producto del accionar represivo se ha hecho
recurrente e imprescindible el uso masivo de mascarillas para protegerse
de los gases lacrimógenos y anteojos protectores ante los continuos
disparos realizados por la policía a los ojos de lxs manifestantes. La
utilización de escudos para protegerse de los perdigones y bombas
lacrimógenas disparados por la policía ha sido otra innovación necesaria
para permitir el accionar de quienes luchan en la primera línea de
combate enfrentándose con los agentes represores que a también son
permanente hostigados por lúces de rayos láser provenientes de
manifestastes que les apuntan desde la distancia obstaculizando su
accionar y facilitando la identificación de los escuadrones
anti-disturbios en medio de la oscuridad. En medio de todo esto, grupos
de primeros auxilios médicos asisten a lxs manifestantes heridxs
mientras que otras individualidades solidarias ayudan a las personas
afectadas por los gases tóxicos y entregan alimento a lxs encapuchadxs
de la primera línea. Consejos anti-represivos se difunden también boca a
boca y de manera masiva en redes sociales, medio de comunicación que ha
servido a la policía para identificar manifestantes pero también ha
tenido un rol importante en la viralización de información sobre el
accionar represivo y sobre las convocatorias a protestas masivas y
actividades territoriales.
6. NADA HA ACABADO
Desde la alegría revolucionaria de ser partícipes del devenir caótico en
un territorio sublevado, envíamos señales de combate en estos momentos
en que el apoyo mutuo, el autocuidado, la agitaciòn y la acción son las
herramientas que ayudan a propagar la anarquía en el aquí y el ahora.
Sabemos que la historia demuestra que los escenarios de revuelta y
agudización del conflicto con el orden imperante suelen ser más o menos
cíclicos en sus avances y retrocesos, pero también sabemos que estos
levantamientos son posibles, necesarios y que la fuerza de ellos radica
en la participación directa y generalizada de individuxs que rompen en
idea y acción con el orden establecido.
Por eso rechazamos la idealización romántica de la revuelta con la misma
fuerza con la que discrepamos con toda posición que plantee como una
verdad incuestionable la tesis de que la propagación caótica de los
disturbios ha sido, antes que cualquier otra cosa, un plan orquestado
desde el poder.
Lo que sí es cierto es que a pesar de todos sus esfuerzos el poder y su
represión no ha podido detener la subversión de las conciencias, de
sentidos comunes colectivos y del uso del espacio callejero como
escenario de combate y de disputa con el régimen de opresión.
En estas tierras se vive un cotidiano de mucha movilización y también de
elementos que generan tensiones y emociones del más diverso tipo, desde
el cansancio, el agotamiento, la rabia y el miedo hasta la alegría, el
compañerismo, el coraje y las ganas de continuar luchando cada vez más y
mejor con nuestrxs afines y con quienes interactuamos en la
multiformidad de la revuelta.
Si hay algo de lo que no tenemos dudas, es que esta fisura que se ha
abierto en el règimen neoliberal chileno ha dado paso a un contexto que
combina múltiples elementos del pasado, del presente posmoderno y del
futuro de la guerra histórica entre quienes tienen el poder y quienes se
rebelan contra la opresión.
Hasta el día de hoy, este tipo de escenarios de revuelta han sido y son
experimentadas por compañerxs a lo largo y ancho del mundo. De seguro
sus vivencias y aprendizajes avivarán nuestras reflexiones como ya aviva
nuestro espíritu cada gesto de solidaridad materializada en palabra y
acción.
PORQUE EL AQUÍ Y EL AHORA SON EL MEJOR ESCENARIO PARA LA ANARQUÍA Y LA
LIBERTAD
SEGUIMOS LUCHANDO PARA COMBATIR Y APLASTAR EN TODAS PARTES AL
CAPITALISMO Y CADA FORMA DE AUTORIDAD
Chile, 18 de Diciembre de 2019