Milán, Italia: ataque incendiario contra la escuela de la policía municipal local

Es hora de poner la imagen romántica de «Ghisa» dirigiendo el tráfico en el ático. Durante años, los «Localini» han tenido casi los mismos poderes que las otras fuerzas represivas, patrullando el territorio y realizando investigaciones y arrestos.

Por esta razón, en la noche entre el 22 y el 23 de enero, incendiamos los vehículos de la policía municipal dentro de su escuela en Milán, ubicada en la calle Boeri, dañando parcialmente algunas estructuras internas. Acciones como esta muestran cómo todavía es posible atacar al poder, a pesar de los medios tecnológicos de control cada vez más avanzados y numerosos y una patrulla asfixiante de las ciudades. Las fuerzas armadas y los guardianes del orden no son objetivos simbólicos, sino constructores concretos y cotidianos de un sistema mortal basado en la explotación y el exterminio sistemático de los últimos.

Su celoso ejercicio de autoridad consiste en imponer a los individuos respeto por las leyes deseadas por los poderosos. Esta elección abyecta no puede permanecer sin consecuencias y perturbar su tranquilidad es lo que debe hacerse.

Al actuar hoy, nuestros pensamientos van a todos los camaradas anarquistas y antiautoritarios encerrados en las cárceles de todo el mundo y a aquellos que, perseguidos por la fuerza policial, han elegido y eligen esconderse. A ellos va nuestra solidaridad, pero más aún nuestro apoyo activo.

Sus luchas son nuestras luchas, sus acciones nuestras acciones.
Por la revuelta y la anarquía.

[Nota: La policía local es básicamente la policía municipal, presente en casi todas las ciudades y municipios italianos. «Ghisa» («hierro fundido») y «Localini» son dos apodos para los policías locales en Milán. La fuerza policial local (o municipal) no debe confundirse con la policía estatal (dependiente del departamento de seguridad pública del Ministerio del Interior) y los Carabinieri (dependiente del Ministerio de Defensa)].