[Análisis] Danzando al borde del abismo

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“Continuemos el asalto a lo existente por todos los medios, sin inmutarnos por quienes nos silenciarán con las armas de reserva de la reacción, ya sea la patada de la bota democrática, la charla vacía de opinión o los llamados de sirena de los dulces hombres de la esperanza.”

Jean Weir; Palabras domesticadas desde un corazón salvaje.

“… a veces nos parece algo tan obvio que olvidamos insistir puntillosamente en el carácter antiautoritario del anarquismo y, por lo tanto, consecuentemente antisistémico ¡Rabiosamente antisistémico! Estamos contra toda Autoridad. Esa es nuestra máxima”.

Gustavo Rodríguez. Charla en el Centro Social Okupado “Casa Naranja”.

La ofensiva autoritaria no ha parado en estos tiempos de pandemia, la Covid-19 ha resultado la excusa perfecta para profundizar el control social y político, siendo las cárceles el principal lugar de experimentación y aplicación de estas medidas. De manera sistemática hemos leído las actualizaciones en torno a la situación de lxs anarquistas presxs alrededor del mundo en este particular contexto. Hemos visto como nuestro compañero Eric King, que mantiene vivo su permanente antagonismo y su postura irreductible en la prisión de Englewood, ha sido torturado por los guardias y golpeado por los supremacistas blancos, provocándole severas lesiones físicas y sicológicas. Ha sucedido lo mismo con la compañera Dimitra Valavani, quien fue golpeada y torturada, bajo el pretexto de que querían obtener una muestra de ADN y, en días recientes, nuestro compañero Giannis Dimitrakis, quien también fue brutalmente golpeado en la prisión de Domokos por la mafia carcelaria, dejándolo en estado grave sin que conozcamos aún las consecuencias de esta cobarde agresión.

El 11 de junio es el Día Internacional de Solidaridad con el compañero Marius Mason y con todxs lxs compañerxs anarquistas sentenciadxs a largas condenas alrededor del mundo. En el marco de este nuevo 11 de Junio, queremos denunciar lo que esta sucediendo en todas las latitudes del planeta con nuestrxs compañerxs anarquistas en prisión y plantear (sin pelos en la lengua) nuestra respuesta para concretar y consolidar la solidaridad con todxs nuestrxs afines (en la teoría y en la práctica) que continúan la guerra anárquica tras las rejas.

Como hemos mencionado en los casos anteriores, la situación de nuestrxs compañerxs es alarmante, están siendo torturados y atacados por lxs lacayxs del sistema de dominación (quienes no dudan en ensuciarse las manos cumpliendo a cabalidad las órdenes del poder) o, en ciertas circunstancias, por sus tropas de choque al interior de la prisión, utilizando a prisionerxs que han abrazado las ideas del poder y el capital, y están dispuestxs a hacer lo que sea por mantener o conseguir privilegios (drogas, dinero, impunidad o jerarquías) dentro de la cárcel.

Lamentablemente, nuestra respuesta no esta alcanzando a frenar estos atropellas. En nuestros días, el denominado “movimiento anarquista” es una ficción. Han atomizado todas nuestras capacidades para realizar acciones contundentes que consigan poner a la dominación contra las cuerdas, provocando la liberación inmediata de nuestrxs compañerxs anarquistas en prisión. La solidaridad multiforme no puede parar en estos momentos, pero no la que se autolimita a la correspondencia postal con nuestrxs compañerxs en prisión ni la que suplica reformas y buenos tratos de parte de nuestros enemigos.

El discurso que actualmente se escucha en nuestros círculos, coreado por grupos reformistas, se conforma con “demandar” al Estado y a sus instituciones la reducción de condenas, la derogación de leyes, el mejoramiento de las condiciones o la humanización de la prisión

Nuestra lucha contra todo lo existente y por la liberación total, nunca ha estado contenida en el marco de las demandas sociales, la movilización de masas y las reformas judiciales, lo que evidencia cuál es el camino de la guerra anárquica. Tampoco ha sido con movilización social ni con reformas judiciales que han alcanzado la libertad nuestrxs compañerxs presxs. Nuestrxs compañerxs han conseguido la calle en la mayoría de lxs casos después de haber cumplido hasta el último minuto de sus sentencias, y en muchas ocasiones, aún cumpliéndolas, mantienen a nuestrxs guerrerxs en prisión como el caso del compañero Gabriel Pombo da Silva. La represalia y el odio de la dominación contra lxs anarquistas de praxis no se detiene. No se contentan con hacerles cumplir la mayoría de sus sentencias y nuevamente les vuelven a encerrar para dar un escarmiento y asegurarse que no osemos desafiarlos y atacarles. Intentan doblegarnos, domesticarnos, y sino lo logran, recurren al secuestro y al exterminio.

Sin duda tenemos claro cuál es el escenario. Pero, después de todas estas conclusiones nos surgen algunas preguntas: ¿Qué esperamos de nuestros enemigos? ¿Esperamos que algún día liberen a nuestrxs compañerxs en prisión? ¿Pensamos que mediante reformas legales y derogaciones, conseguiremos poner a nuestrxs afines en la calle?

¿Suponemos que mediante la movilización social, las organizaciones pro-amnistía y los tibios discursos abolicionistas, lograremos sacar a lxs nuestrxs de los calabozos? ¿Asumimos que construyendo coaliciones con grupos autoritarios (donde las individualidades anarquistas solo participan en el cortejo y posan para la foto) lograremos la libertad de lxs nuestrxs? NO, como anarquistas no podemos aceptar nada de eso y mucho menos pensar que ésa es la vía para poner a lxs nuestrxs en la calle.

Sin embargo, no podemos silenciar que ése es el discurso que hoy se impone desde grupos autoritarios disfrazados de “subversivos” con la intención de confundir y consolidar sus objetivos. Buscar la “confluencia” para una “ofensiva unitaria” es la nueva directriz que se ha venido construyendo a nivel global en los últimos años. Pocxs compañerxs anarquistas han reflexionado al respecto, cuando deberíamos de tener muy claro nuestros principios y estar conscientes que tenemos objetivos completamente opuestos que jamás podrán confluir en ningún frente. Sobran ejemplos en el mundo de esta nueva “tendencia” que impulsa la confluencia de los opuestos pero solo mencionaremos lo que sucede vergonzosamente en la región chilena.

¡LENINISTAS, ECOFASCISTAS Y ANARQUISTAS UNÍOS! No importa que seamos antagónicos (enemigxs históricos declaradxs). Bajo el ridículo argumento de que tenemos como enemigo común al Estado y el capital, se promueven “campañas de solidaridad” completamente huecas, incapaces de consolidar un accionar anárquico potente que se traduzca en apoyos específicos para nuestrxs compañerxs anarquistas, mucho menos aptas para lograr poner en la calle (por cualquier medio necesario) a algunx de nuestrxs afines o desencadenar la insurrección permanente impulsando la guerra anárquica contra todo lo existente.

En este texto no se va ahondar sobre las diferencias teórico-prácticas entre estos posicionamientos contrapuestos. Nuestro objetivo es señalar todo germen autoritario presente en esta unidad discursiva (contradictoria) que se está imponiendo en nuestros círculos en nombre de un final feliz, donde, mediante la Revolución Social triunfante, danzaremos jubilosxs sobre las ruinas del capital; ocultando las verdearas intensiones instituyentes de estas orgánicas autócratas.

Desde los primeros momentos que cobraron presencia en Chile los grupos autoritarios político-militares de tendencia leninista como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (M.I.R.), el Movimiento Manuel Rodríguez (M.R.2.), la Vanguardia Organizada del Pueblo (V.O.P.), el Movimiento Juvenil Lautaro (MAPU-M.J.L.) y el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (F.P.M.R.) -por mencionar algunos y sin profundizar en sus distintas escisiones-, de acuerdo a sus protocolos de seguridad, cuando algunx de sus militantes era detenidx, tanto el “cuadro” capturadx como la organización, desconocían cualquier relación y cortaban todo lazo, abandonándole por completo y depositando la responsabilidad del apoyo al prisionerx en su círculo más cercano (familiares y amigos).

Esto ocurrió durante las décadas del 70, 80 y 90 del siglo pasado, siendo una práctica consuetudinaria que el/la “soldado” quedara en total desamparo al momento de ser encarceladx en salvaguarda de su orgánica, motivo por lo que se les concientizaba y entrenaba para mantener esta política de una manera digna. En las últimas décadas e incluso en años recientes, se ha observado como algunxs de estxs autoritarixs han decidido declarar que la prisión les ha hecho abrazar las ideas anarquistas, o que se sienten identificadxs con la guerra anárquica. Con el tiempo, han llegado a afilar aún más el discurso e incluso se han asumido parte de la Internacional Negra y como “guerreros” de la anarquía, pero ¿este posicionamiento es real o responde a un falso discurso? En realidad, se trata de una estrategia de supervivencia, ya que la mayoría de estas orgánicas autoritarias se desarrollan en dos frentes de lucha paralelos, uno abierto y legal y otro clandestino, por lo que continúan con la vieja práctica de abandonar a su suerte a sus militantes para salvaguardar el frente legal de sus organizaciones.

Pensamos que es hora de clarificar las cosas y dejar de considerar “compañerxs” y “afines” en nuestros grupos a estxs autoritarixs, abandonando la moral cristiana que nos invita a solidarizarnos con el “prójimo” y la hipocresía que nos instiga a “lavar la ropa sucia en casa” (frase que nos recuerda los argumentos de los sectores más reaccionarios chilenos frente a la detención de Pinochet en Londres), como si fuera posible compartir “casa” con nuestrxs enemigxs.

¿Por qué ahora y no antes? ¿por qué elegir esta fecha en lugar de esperar el momento más adecuado? Sencillo, porque siempre es momento de reafirmar nuestra praxis anárquica frente a las distorsiones ideológicas y la imposición del discurso hegemónico; porque aún estamos a tiempo de rectificar el camino y de consolidar la insurrección permanente contra toda autoridad (incluida la que añoran imponer estxs bolcheviques a la menor oportunidad). Porque es el momento de destinar nuestros escasos recursos a NUESTRXS PRESXS, en especial cuando vemos como se busca de manera fresca el apoyo de anarquistas y anarconihilistas para fortalecer las bases de un proyecto contrario a nuestros objetivos de lucha, y como intentan visibilizar la situación de lxs presxs autoritarixs sin el menor costo político y económico para sus orgánicas.

Hoy estos grupos autoritarios quieren heredarnos (sin que lo hubiéramos solicitado) una mochila con sus historias llenas de derrotas y errores e incluso, pretenden legarnos a sus muertxs en el nombre de la unidad de las izquierdas. Lxs anarquistas y anarconihilistas NO SOMOS PARTE DE LA IZQUIERDA, somos enemigxs declaradxs de toda autoridad, de toda institución, de toda política, de todo lo existente.

¿Que relación puede existir entre Norma Vergara, Claudio Paredes, Pablo Muñoz, Claudia López y cualquier otrx muertx de las organizaciones político-militares marxistas-leninistas, con Mauri, con Angry o con nuestrxs compañerxs anarquistas asesinadxs? Ninguna!!! Nunca hemos transitado sobre la misma senda como tratan de hacernos creer con la propaganda con que saturan sus medios de comunicación (“Buskando la kalle”, “ContraInfo», o sus radios populares). Lxs anarquistas no somos herederxs de esas luchas, no le rendimos tributo a sus muertxs y mucho menos le rendimos pleitesía a sus comandantes. Lxs anarquistas no lxs necesitamos, son ellas quienes necesitan confundir y reclutar ingenuas en nuestros círculos para poder resucitar su proyecto autoritario disfrazando su discurso.

“Libertario”, “subversivo” o “autónomo”, no son sinónimo de anarquista como quieren hacernos creer los autoritarixs en Chile, son las denominaciones que ha venido usado la izquierda extraparlamentaria para la consecución de un “Estado proletariado”, es decir, para la imposición de una dictadura populista.

Queremos dejar claro nuestro posicionamiento e insistir que no basta con que se asuman “subversivas” y nos digan que se identifican con la Internacional Negra ni que luchan por la liberación total, para que dediquemos nuestros escasos esfuerzos a estos elementos autoritarixs (mientras nos siguen hablando de sus muertos, y reivindican su lucha como militantes de esas orgánicas autoritarias), en vez de canalizar todos nuestros esfuerzos en los nuestrxs presxs.

Cada vez que sale un comunicado de Marcelo Villarroel reivindicando una mezcla de leninismo, anarquismo, soberanía mapuche y eco fascismo, y que su grupo de apoyo y difusión nos habla de que seguimos la senda revolucionaria, subversiva y anárquica, nos queda claro lo nefasto del discurso y las verdaderas intenciones ocultas en el mensaje. O cuando Pablo Bahamondes (“Oso”), nos recalca que su lucha es por la “liberación total”, mientras que todxs lxs que le conocemos sabemos que su posicionamiento en la población Villa Francia siempre fue clara, apostando por la senda de las orgánicas políticas MARXISTAS LENINISTAS, no nos queda duda que todo se reduce a una estrategia oportunista dedicada a TODXS los ingenuxs alrededor del mundo que puedan solventar sus causa.

Como nos recuerda el compañero Gustavo Rodríguez, no entendemos “por qué desviar la solidaridad hacia personas ajenas a la lucha anárquica y no concentrarnos en el apoyo a nuestro Gabriel Pombo Da Silva, a Dinos Giagtzoglou, a Alfredo Cospito, a Lisa Dorfer, a Nicola Gai, a Mónica Caballero, a Francisco Solar, a Michael Kimble, a Eric King, a Anna Beniamino, a Carla Tubeuf y, todas las compañeras y compañeros anárquicos que se encuentran en prisión alrededor del planeta”.

Esa es la intención de nuestro texto, intentando clarificar posiciones para concretar nuestra ofensiva y consolidar el apoyo a nuestrxs presxs que tanto lo precisan con urgencia en nuestros días. De momento, continuaremos danzando al borde del abismo.

AnarquíaInfo.