[Italia] Sabotajes incendiarios de infraestructuras tecnológicas y energéticas
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Esta es una época en la que se impone implacablemente el triunfo de la ciencia, la tecnología y la técnica. Todo esto no significa que estemos en un mundo de ciencia ficción o visionario sino que, en la cruda realidad, la ciencia después de haber servido fielmente sólo a la política (el Estado) y a la economía (el capital), ha pasado a ser el motor del nuevo orden productivo y económico.
Hasta mediados del siglo XX suministraba los medios de propaganda (TV, radio, prensa), los medios represivos (armas) al Estado y los medios de producción industrial que han mermado la mano de obra. Desde mediados del siglo pasado, el poder de la ciencia ha ido creciendo cada vez más hasta invadir todos los aspectos de nuestra vida – y a través de las tecnologías bio-nano, la vida misma.
El monopolio de la verdad parece haber convertido a la ciencia en todopoderosa, igual que el histórico monopolio de la violencia hizo con el Estado.
La ciencia, la Iglesia y el Estado se han enfrentado en el pasado en la disputa por el poder o por la división de poderes. Ahora son la ciencia y la tecnología las que determinan e influyen en la política estatal y en las estrategias económicas, sociales y represivas: por tanto no son neutrales.
El capitalismo financia ejércitos de técnicos dedicados a la investigación y creación de nuevos productos y «recursos» que sólo pueden ser manejados por especialistas, así como productos que una vez puestos a disposición de las masas moldean el mundo que nos rodea convirtiéndose en «indispensables» y a veces indestructibles como la energía nuclear.
Este proceso es tan rápido como el crecimiento de la tecnología y ha restringido la libertad individual.
Los algoritmos deciden los ritmos de producción, los grandes servidores de recogida de datos, la geolocalización, las aplicaciones… nos reducen a sujetos/objetos de consumo. Si la restricción de la libertad llevada a cabo en el pasado por el Estado y el capital provocó una feroz resistencia de los explotados, esto no ocurre con la ciencia. En el imaginario colectivo sigue siendo neutral y, además, en Occidente, sus productos han aumentado el confort y el bienestar de la mayoría de la población. Frente a este bienestar, la falta de libertad, la explotación de los recursos, la esclavización de poblaciones enteras, la inhabitabilidad de zonas enteras del planeta, las migraciones debidas a guerras y al cambio climático, no interesan.
Directivos, investigadores, tecnócratas y medios de comunicación difunden al unísono el mensaje de «no tener miedo de las tecnologías», de la inteligencia artificial ni de todo lo relacionado con las innovaciones y automatizaciones que se van imponiendo.
No nos dejemos distraer por el falso debate sobre el uso de utensilios en la vida cotidiana ni por las divisiones retóricas entre tecnologías «buenas» o «malas».
En el «Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia» [1] se llevará a cabo una reestructuración económica entre el capital, las empresas, las start-ups (pequeñas empresas emergentes tecnológicas) y los gigantes del hi-tech (alta tecnología). Los capitalistas y la industria reciben con los brazos abiertos la inyección de liquidez de dinero público y privado.
El Recovery Found (fondo de recuperación) [2] es otra mina de oro. Entre los que se beneficiarán de la inversión de capital están los «polos de excelencia» de la investigación tecno-científica, las universidades y el Instituto Italiano de Tecnología (IIT) para la ampliación del parque tecnológico donde se construirá el Centro Hight-tech «Energía y Medio Ambiente«, que recibirá una inversión inicial de unos 80 millones de euros.
En abril de 2021, el primer ministro italiano Mario Draghi anunció la creación de otro comité de técnicos y expertos. Un «task force» que se ocupará específicamente del Fondo de Recuperación, sorteando y agilizando las burocracias y cualquier posible problema con permisos, limitaciones y concesiones. Así, por ejemplo, cubrirán el «retraso» respecto al plan de digitalización e instalación de fibra en todo el territorio.
El 1 de abril de 2021 se produjo el acuerdo financiero Fibercop, la empresa que recoge las dos partes más importantes de la red de Internet. TIM se encargará del suministro de la infraestructura de los «armarios» de fibra óptica desde la calle hasta las casas, la fibra será desarrollada por Flash Fiber (TIM posee el 80% y Fastweb el 20%). El fondo financiero KKR Infrastructure ha colaborado junto a estas grandes empresas del mercado de la digitalización. Pagará a TIM 2.000 millones de euros (con unos activos que alcanzarán los 7.800 millones).
En cuanto a los procedimientos de intervención que vendrán acelerarados: un gran proyecto de ingeniería, el cementerio de residuos nucleares así como la instalación de un sinfín de antenas y repetidores tendrán el camino allanado para su realización: campos electromagnéticos, tumores, radiaciones, devastación del medio ambiente se consideran consecuencias aceptables.
Con un decreto ad hoc sobre la «nueva gestión» eficiente del gobierno de Draghi, se introducirá el llamado «modelo Génova», es decir, las derogaciones a las normas sobre contratos que imposibilitarán la parada de las obras por tal o cual problema, por tal o cual autorización: la luz verde para los empresarios de la construcción, el amiguismo y la corrupción.
En vista de esto, precisamente en Génova, se reanuda la obra de construcción del viaducto de la autopista llamado «Gronda» a pesar de que ni siquiera cuenta con autorizaciones de obra ni supuestas concesiones. Así, Autostrade per l’ Italia (los mismos especuladores responsables del derrumbe del puente Morandi) seguirá enriqueciendo a sus gestores asesinos. [3]
La gestión del Fondo de Recuperación se encomendará a un comité interministerial de técnicos formado por el ex directivo de Vodafone Vittorio Colao (digitalización), Enrico Giovannini (infraestructuras), Maria Cristina Messa (investigación), Roberto Cingolani (transición ecológica). Los ministros a los que la Comisión Europea ha confiado directamente el flujo de dinero más importante son Cingolani y Colao, que podrán gastar más que cualquier otro ministerio. La tan cacareada «transición ecológica», auspiciada por el antiguo director del IIT, llenará los bolsillos y las cuentas bancarias del «club de amigos» de la inversión y el desarrollo tecnológico-industrial.
La «transición ecológica», mas allá de su definición llamada «verde», no es en absoluto una operación para la salvaguarda del panda en peligro de extinción o para la reforestación de la selva amazónica, sino una operación política y económica destinada a estimular siempre y en cualquier caso el sistema industrial y no a eliminarlo o sustituirlo mágicamente.
En toda transición económica siempre hay una clase de poder que se enriquece, en este caso mediante la acumulación de una gran deuda pública que el día de mañana tendrán que pagar los explotados, con consecuencias devastadoras obviamente para los más pobres.
Mientras muchos están lo suficientemente distraídos por la prensa como para hablar de responsabilidad, seguridad, máscaras, vacunas, normas de comportamiento y sacrificios, hay quien sigue enriqueciéndose.
En el último año, la pandemia Covid-19 ha acelerado aún más el proceso de tecnificación de la sociedad. El Estado ha abdicado del poder político, yendo de la mano del Comité Técnico Científico [4] que, basándose en datos y cifras, obligó a millones de personas a quedarse en casa; la movilidad sólo se permitía para participar en el ciclo de producción. La producción y el consumo estaban asegurados; eran las únicas libertades concedidas.
Debería hacernos reflexionar sobre cómo las condiciones de explotación en las que vivimos en el Capitalismo han hecho coincidir una mayor «libertad de movimiento» con la oportunidad o la necesidad de ir a trabajar. Movilidad concedida, por lo que el virus no es más peligroso en el lugar de trabajo que caminando por la calle o en un bosque, o si se hace huelga o se baja a la calle para protestar o manifestarse.
La tendencia a la digitalización, la tecnificación y la eficiencia continuará incluso cuando termine la pandemia. El Estado, la ciencia y la tecnología han sacado el máximo provecho de este último acontecimiento.
Ante esto, los individuos, los explotados, si no quieren encontrarse en un futuro no muy lejano viviendo en un mundo en el que estén aplastados en una «libertad» correlativa a la utilidad productiva, deben luchar sin contemplaciones también contra esta nueva transformación de la sociedad.
Por esto, la noche del 19 de junio de 2021, destruimos 5 cabinas de servidores de datos y el repetidor 5G del parque tecnológico Erzelli de Génova, y la torre de alta tensión Terna adyacente, prendiéndoles fuego.
¡Solidaridad combativa internacionalista con los presos de la guerra social! Lucha permanente contra el Estado y el capital.
Por la anarquía!
NdT
1. El Piano di Ripresa e Resilienza (PNRR), del govierno italiano está compuesto por fondos europeos lanzados en el marco del plan NextGeneration UE, y asciende hasta la cifra de 235.120 millones de euros para Italia, el mayor beneficiario de Europa. A principios de mayo de 2021, asignó una primera dpartida de 49.860 millones de euros al gobierno de Draghi à la “Digitalizzazione, Innovazione, Competitività, Cultura”…
2. El Recovery Found es un plan de 750.000 millones de euros adoptado en el Consejo Europeo del 17 al 21 de julio de 2020, de los cuales 191.500 millones de euros en seis años se destinan a Italia (en parte en préstamos y en parte en subvenciones).
3. El 14 de agosto de 2018 en Génova, un largo tramo del viaducto de la autopista Morandi, que lleva el nombre del ingeniero que lo diseñó en los años 60, cayó como un castillo de naipes llevándose consigo decenas de vehículos, mientras los residentes de los edificios de abajo contemplaban horrorizados. El balance oficial fue de 43 muertos y unos 15 heridos. El operador del viaducto fue Autostrade per l’Italia, cuyo principal accionista es la familia Benetton, que aprovechó la ocasión para relanzar la Gronda, su nuevo enlace de autopista de 72 kilómetros con Génova, que comprende 23 túneles y 13 nuevos viaductos.
4. El Comitato Tecnico Scientifico (CTS) italiano se creó por ordenanza el 3 de Febrero de 2020 de cara a la pandemia. Es el equivalente al Comité científico técnico Covid-19 español, creado el 21 de Marzo, (y del Conseil scientifique Covid-19 francés).
Comunicado
Italiano: https://roundrobin.info/2021/06/incendio-polo-tecnologico-erzelli-di-genova/
English: https://actforfree.noblogs.org/post/2021/06/30/genoa-italy-burning-of-erzelli-polo-tecnologico-5g-repeater-server-data-cabinets-terna-high-voltage-pylon-iten/