[Prisiones británicas] Comunicado del compañero anarquista Toby Shone
No sabía que era Harry Houdini
Hoy he sido escoltado desde las celdas del ala G de la prisión de Bristol hasta el City Hospital para un examen oncológico, para detectar una posible reaparición del cáncer en el abdomen y la pelvis. En la zona de recepción de la prisión he sido sometido al registro corporal habitual y me han obligado a llevar el uniforme de la prisión.
Esto ofende mi dignidad. Cuando estaba detenido en la prisión de Wandsworth en Londres, en la sección «antiterrorismo», al menos podía ir al hospital con mi ropa. Mientras esperaba a que los esbirros terminaran las practicas, he hechado una mirada a mi fascículo – «posible fuga» – resaltado en rojo. He sido esposado, cuatro policías me han cargado sobre una furgoneta anónima y sin escritas, y me han llevado a la unidad de radiología. En el camino, tanto a la salida como a la vuelta, he sido testigo de la «charlas» patéticas, degradantes, racistas y misóginas de los guardias, que se consideran expertos en todos los aspectos de la vida. En la unidad de radiología ha habido algunas discusiones entre el personal médico y los esbirros, quienes insistían en mantenerme esposado, sin saber que no se pueden introducir objetos metálicos en el interior de la MRI (máquina de resonancia magnética). Aunque si la máquina estaba dentro de una habitación sellada, con una sola puerta de acceso, he sido de todas formas esposado con ataduras de plástico, lo suficientemente apretadas como para cortarme las muñecas.
Debido a mis protestas y al pedido de que me los quitaran, los esbirros las han cortado (con dificultad y causándome dolor) para luego obligarme a usar otro par, igualmente ajustado. Así atado me han introducido en el interior de la máquina, en condiciones de considerable malestar. Los médicos no han dicho una palabra, no me han preguntado si estaba bien, ni se han cuestionado sobre cómo me estaban tratando. La única voz que he escuchado ha sido aquella del esbirro que me ha esposado y que se ha quedado en la habitación todo el tiempo, diciéndome que «mantuviera la calma». ¿Alguna vez han hecho una resonancia magnética? Si la habéis hecho, sabréis bien que se está confinado dentro un tubo diminuto e increíblemente estrecho, envueltos en un equipo sensible con un grupo de imanes, que gira alrededor a un volumen ensordecedor.
Un lugar del que es imposible escapar, en el mejor de los casos. Por si fuera poco, el técnico de MRI ha dado el «botón de pánico» (una especie de pad que el paciente presiona para indicar que hay una emergencia), no a mí que me estaba haciendo la prueba, sino al poli de mierda que se había quedado en la habitación mirándome. Otro esbirro esperaba fuera de la habitación mientras otro, por razones desconocidas para mí, ha sido invitado por el técnico a asistir desde DENTRO de la sala de imágenes adyacente, donde se estaban procesando los escaneos. Esto es lo que más me ha enfurecido, los esbirros no son médicos y ni siquiera técnicos, lo único que saben hacer es cerrar y abrir las puertas de las celdas, gritar y maltratar a los detenidos, todos los días.
Os describo todo esto no como «víctima de la opresión» ni para «hacer valer mis derechos». Os describo esto para denunciar la situación y para explicar a los demás que esperar, especialmente aquellos, como yo, que enfrentan el cáncer.
Es esta civilización la que nos enferma a todos. ¡Fuerza a todos los prisioneros que tienen sueños de libertad en sus corazones!
Toby Shone
HMP Bristol
26/11/2021
Extraído de ContraInfo