Oleada de protestas en el estado español por el encarcelamiento de Pablo Hasel
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Durante esta semana se están produciendo protestas en varios puntos del Estado, con decenas de miles de personas echadas a las calles, como respuesta al encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, condenado por enaltecimiento del terrorismo.
Lo que en si mismo puede parecer una mera protesta por derechos y libertades democráticas, está sirviendo de catalizador de la rabia y frustración acumulada durante todo este año de pandemia. La situación represiva mundial y concretamente, en el estado español, con el estado de alarma, toques de queda, repunte de la violencia policial, control social, hambre, paro, desalojos, desahucios, está produciendo un repunte de la revuelta en todo el mundo como no se veía desde 2019, antes de que este ciclo de represivo aprovechando la pandemia hiciera irrupción.
Solo en el día de ayer se produjeron decenas de personas heridas (en Barcelona una persona perdió el ojo el día anterior), medio centenar de detenidxs y disturbios de importante consideración en ciudades de cataluña como Lleida, Granada, Madrid, Barcelona, Valencia (el día anterior). Los incidentes se reprodujeron por segunda día consecutivo, especialmente en cataluña, donde en Vic, por ejemplo, una comisaría de Mossos d’Esquadras fue reventada.
Los uniformados recibieron también lo suyo, a pesar del desiquilibrio de fuerzas, y se produjeron ataques y destrozos en entidades capitalistas. La virulencia de las protestas es especialmente fuerte en Cataluña y en menor medida en la capital, pero también se ha extendido a ciudades como Valencia, Granada y muchas más ciudades de la península.
La prensa y el Estado ha respondido cerrando filas en torno al consenco democrático y los habituales ríos de tintas alabando a los cuerpos represivos y exigiendo la cabeza de lxs luchadorxs. No se descartan detenciones, especialmente en cataluña, donde según la prensa oficial, fuerzas antiterroristas están investigando hechos como el ataque a la comisaría.
Este fin de semana se esperan más movilizaciones.
Como anarquistas, nos son ajenos cuestiones como la libertad de expresión, los derechos democráticos o demás calañas que pretenden barnizar la democracia como fórmula de gobierno estatal que nos somete y explota. Pero alentaremos a salir a la calle y la lucha contra el Estado, a través de la acción directa y la solidaridad, para profundizar en la guerra social, al margen y contra la polítca y la democracia. Tenemos que prepararnxs, tanto para plantar cara al enemigo que tenemos en frente, que no es otro que el Estado y sus cuerpos represivos como garante del orden vigente, tanto como para los recuperadores y políticos que jugarán un rol recuperador y de recondución de la rabia al voto y la esperanza en la reforma de un edificio podrido hasta las entrañas.
Contra toda autoridad.
Libertad para Hasel, libertad para todas!