Recordar el pasado puede dar lugar a peligrosas percepciones, y la sociedad establecida parece temer el contenido subversivo de la memoria.
Herbert Marcuse
Si por casualidad, cerca de la fábrica donde trabajas, cae una bomba tal como para sacudir toda la construcción, aprovecha inmediatamente para romper las máquinas. ¡Estas máquinas son tan sensibles!
Los trabajadores tienen al menos las mismas posibilidades de reducir la producción. La lentitud es el ingrediente número uno.
No hay una sola máquina que no tenga algún defecto de construcción inherente.
No hay un campo donde el esfuerzo de guerra alemán pueda ser saboteado mejor que el ferrocarril.
Uno de los mejores medios para detener el esfuerzo bélico alemán es aplicar los reglamentos al pie de la letra, especialmente cuando se forman trenes de mercancías. El reglamento ordena notoriamente a los conductores de trenes que no se arriesguen en ningún caso… que no corran, resumiendo. Así que, sigue, con calma, compañero, sigue.
El transporte se ha convertido en algo tan importante en la guerra moderna que nunca es suficienteo lo que hagamos para obstruir la circulación normal de los coches alemanes.
En primer lugar, el camino. Dañar un camino está casi al alcance de todos. Nada más fácil que hacer agujeros en la carretera.
En los caminos rurales será muy efectivo desviar los arroyos con un ligero trabajo de excavación: la primera gran lluvia frenará la superficie del camino.
Los dos puntos más sensibles al sabotaje de un vehículo son el carburador y el encendido.
Debemos hacer un esfuerzo para sabotear todas las industrias que trabajan con el enemigo.
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