[Atenas-Grecia] ataque al ministerio de cultura en solidaridad con las okupas desalojadas
Extraído y traducido desde Act For Freedom.
En
las horas de la mañana del 19 de abril atacamos con fuego al
Ministerio de Cultura en Exarchia. Este ataque fue realizadp, debido
a que la vivienda de los inmigrantes Clandestina, que fue desalojada
en la mañana del 18/4, es propiedad del Ministerio de Cultura. Esa
misma mañana, también se desalojó a Cyclopi, espacio
anarcofeminista. Hace unos días, también se desalojó a los
migrantes de viviendas de Azadi, Nueva Babilonia y Arachovis 44
(hombres sin pareja).
En cuanto a Exarchia, la estrategia de
gentrificación ya ha comenzado y los desalojos (o las demoliciones)
de las okupas, la prohibición de los eventos antiautoritarios en la
colina Strefi, los AirBnB que siguen apareciendo, la próxima
estación de metro en la zona, la zona verde. La economía se está
expandiendo rápidamente, los policías que están permanentemente
protegiendo el área en general, son parte de la parte visible de la
guerra «invisible» que ha sido declarada por el estado y el
capital.
En
la red de la metrópoli, las tendencias humanas más totalitarias se
expresan a través de las relaciones. Único objetivo: la acumulación
de capital de cada campo de producción posible, de cada campo de
consumo «innovador». Y Exarchia no pudo escapar de este
plan. La invasión capitalista es la guerra. Y esta guerra, además
de los sujetos conscientemente politizados, apunta a las personas que
no se consideran productivas y explotables, como los migrantes sin
papeles, los vendedores ambulantes «ilegales», los
expropiadores y los usuarios de sustancias. Nosotros, al mostrarnos
de manera práctica nuestra solidaridad, tomamos posición en esta
guerra, decidimos no estar a la espera de cada persona oprimida y
recordarle al estado que ningún ataque ni desalojo permanecerá sin
respuesta.
Al mismo tiempo, tratamos de conocer a los migrantes en la plaza Exarchia y de cada plaza. Queremos ser uno con la juventud salvaje. Intentemos todos juntos grabar nuestras propias rutas, en nuestros terrenos comunes, creando códigos y culturas comunes de empoderamiento y solidaridad mutuos. Si no construimos relaciones reales con las personas que forman parte del proletariado multiétnico, ¿cómo podemos hablar de nuestra liberación colectiva?
Salir juntos, juntar edificios, hacer disturbios, expropiar la riqueza de la metrópolis, hablar de nuestros problemas, evolucionar en nuestros pensamientos y nuestra forma de actuar. No nos convirtamos en los perpetuos apóstatas de la historia, sino que sean las personas que la escriban. No nacimos como los sujetos anti-autoritarios «perfectos» y no esperamos eso de nadie. Durante la lucha, se forjan la conciencia y el contenido.
Núcleo de disturbio “Mahir Mete Kul*