[Chile] Recopilatorio de textos de análisis sobre la revuelta en Chile.

  • Recopilamos estos textos analizando la situación actual de Chile que hemos recibido por correo electrónico. Fuerza a lxs luchan! Solidaridad y venganza por lxs represaliadxs, torturadxs, asesinadxs… Por la extensión del conflicto!
  • 1.- CHILE: ¿A DÓNDE VAMOS? ¡HACIA LA INCERTIDUMBRE Y LA PERMANENTE CONFLICTIVIDAD! ALGUNAS PALABRAS DESDE Y POR LA REVUELTA DE OCTUBRE.

    2.- DESDE CHILE: UNA MIRADA ANÁRQUICA AL CONTEXTO DE REVUELTA Y REPRESIÓN

    3.- REFLEXIÓN Y ACIERTOS DE ALGUNXS ANARQUISTAS DEL TERRITORIO DENOMINADO CHILE

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    Chile: ¿A dónde vamos? ¡Hacia la incertidumbre y la permanente conflictividad! Algunas palabras desde y por la revuelta de octubre

    “A partir de cierto punto no hay retorno.
    Ese es el punto que hay que alcanzar.”
    Franz Kafka

    La indómita protesta por parte de estudiantes secundarios contra el alza del pasaje del tren subterráneo y la inmediata respuesta represiva fue el escenario propicio para que días más tarde la guerra social se dejara vislumbrar con una explícita crudeza.

    La dinámica del conflicto fue rápida, impredecible e instintiva. El malestar enfocado principalmente contra el transporte público subterráneo se generalizó y comenzó a explotar, visibilizarse, reconocer formas de combate estallando–literalmente-en cada esquina de Santiago. El 18 de Octubre del 2019 un contexto de revuelta generalizada se desató por toda la capital; barricadas y enfrentamientos se sucedían en cualquier momento y en cualquier lugar. Distintos símbolos, estructuras e infraestructuras del poder fueron atacadas a lo largo de toda la ciudad, y prontamente de todo el país. El orden se resquebrajaba y la transgresión inundaba todas las calles, de pronto los sujetos se aglomeraban y atacaban lo que siempre consideraron sus cadenas. No hay planificación, sino espontaneidad que sabe reconocer claramente a su enemigo: El Estado, el capital y sus fuerzas represivas. Los objetivos siniestrados o saqueados son el mejor de los ejemplos: Ministerios, instituciones financieras, empresas depredadoras de la tierra, grandes bodegas almacenadoras de mercancía y comida, y un largo etcétera.

    La violencia revolucionaria se ha validado y desatado en los más amplios aspectos de lxs oprimidxs.

    Algunos detestables teóricos o deseosos de la más baja “competencia política” han señalado: ¿Dónde estaban los anarquistas? Pues la respuesta es tan fácil como sencilla: En la calle, en los barrios, en las poblaciones, en la revuelta multiforme, en los combates callejeros. Lo cierto es que no ha habido mucho tiempo para sentarse a escribir o bosquejar algunas ideas, estos días sencillamente ha resultado imposible.

    Ante la extensión y profundidad de la revuelta, que a momentos parecía poder sacudirse real y efectivamente en poco tiempo del Estado, la respuesta por parte de los poderosos fue decretar “Estado de Emergencia”, sacando a efectivos del Ejército a patrullar las calles e implementando un toque de queda que se ha extendido por varios días y en varios territorios.

    La rápida suspensión del alza del pasaje por parte de las autoridades, mostró que esta revuelta no tiene un petitorio claro. No tiene “demandas” o “exigencias” específicas, o mejor dicho, son tantas que finalmente es contra el mundo regido por la autoridad y la mercancía.

    Por su parte la represión se ha dejado caer con un arsenal que si bien nunca ha desaparecido completamente, hoy renace y retoma su propia continuidad histórica: Violencia sexual, miles de detenidos, cientos de heridos por perdigones, balas y balines, decenas de compas que han perdido sus ojos, sesiones de torturas, asesinatos donde los cuerpos son arrojados a incendios para encubrir la autoría uniformada en aquellas masacres y una realidad de distintas y sucesivas estrategias contrainsurgentes.

    Las cosas avanzan rápidas y toman rumbos propios, lxs anárquixs estamos en la calle buscando llevar esto al punto de no retorno con la autoridad. Distintas posturas han surgido en la práctica misma de los combates, en el ambiente de revuelta y en las posibilidades que de ésta surjan. Varios han coincidido en llamados e intentos para conformar asambleas barriales, experiencias de “contra-poder” o “poder popular”, denominados alegremente por la prensa como “cabildos ciudadanos”, que permitirían elaborar una tabla de demandas negociables y por supuesto de caras u organizaciones con las cuales pactar. Asambleas que, como podemos ver, se han transformado en la alternativa ciudadana y salida pacificadora del conflicto demostrando ser un engranaje más del dominio.

    La agudización del conflicto innegablemente abre caminos en donde es posible encontrarse, levantar y generar redes con diversas personas y grupos siempre desde una perspectiva de lucha y de manera antiautoritaria, lejos y contrarios a cualquier tipo de imposición iluminada o intentos de conducción centralizada. En este punto, la idea de confrontación permanente cobra sentido al momento que no damos nada por establecido ni perpetuo, el dinamismo de la lucha debe ir necesariamente encaminado a la eliminación de todo tipo de autoridad, ya sea esta el Estado, la asamblea o cualquier otra instancia que pretenda controlar nuestras vidas.

    Esta revuelta que no tiene nombres ni dirección única no es de nadie porque es de todxs lxs rebeldes e insurrectxs que estamos en la calle combatiendo, por lo que pretender de manera ridícula adjudicarse tal o cual acción dentro del marco de esta revuelta es sencillamente intentar burdamente hegemonizarla.

    Por otra lado, la necesidad planteada y tensionada en conversaciones pasadas frente a situaciones similares pero claramente con un pulso más estable, hoy se hace necesaria. Generar espacios de coordinación y encuentro donde el eje fundamental sea apostar a la confrontación violenta contra los aparatos estatales-represivos. En este momento el Poder ha sacado a la calle su cara más brutal, lo cual lejos de inmovilizarnos constituye un llamamiento a elevar nuestro punto de mira que esté acorde a los nuevos escenarios que se presentan y que se avecinan. Plantearnos la ofensiva como práctica real más allá del discurso, siendo capaces de levantar una infraestructura que nos posibilite pararnos de frente a ellos. Es aquí donde algunas dudas agudizan la tensión; ¿Somos capaces de sostener, agudizar y extender la confrontación violenta contra el Poder en este nuevo panorama?, ¿La revuelta es contagiosa y reproducible, hasta que punto? Hemos sido testigos de cómo la social democracia fue captando aquella rabia y encapsulándola en algunxs que estaban “fuera” de las demandas, nosotrxs no tenemos demandas, sino apuestas, y nuestra apuesta es la destrucción del Estado, sus promotores y defensores. Que la catástrofe social anuncie el colapso de las relaciones fundadas en lógicas capitalistas y que la afinidad nos mueva para seguir caminando a este punto de no retorno.

    Como nos suele ocurrir no tenemos las respuestas como otras organizaciones que ya planifican la administración y federaciones de estas asambleas, sus duraciones, revocabilidad y estatutos, sino más bien preguntas y negación para quienes entendemos la anarquía como la tensión permanente. Ante la incertidumbre del momento, recogemos experiencias, reconocemos, leemos, aprendemos y compartimos reflexiones y urgentes conversaciones entre las horas que nos deja intensa confrontación callejera y la desobediencia al toque de queda. Sabemos que fue, es y puede ser un momento importante y que se han abierto posibilidades nunca antes pensadas en la efectiva destrucción del Estado pero también nuestra brújula sigue siendo la negación, incluso en estos álgidos momentos. Sabemos y conocemos perfectamente lo que nos transforma en esclavxs, y nuestros pasos tienen que ir justamente en la dirección contraria a aquello.

    Que quede claro .Quienes sustentan, promueven y defienden el capital y el dominio son nuestros enemigxs.

    ¡Por la liberación de todxs lxs prisionerxs de la revuelta y lxs presxs subversivxs!
    ¡¡Solidaridad con lxs heridos y vejadxs!!
    ¡¡La Revuelta es reproducible y contagiosa!!

    “No sabes cómo temblarían los poderosos si lleváramos la violencia a la puerta de su casa. Si vieran amenazados sus privilegios y sus vidas, negociarían para no perderlo todo”
    Ulrike Meinhof

                                                                                                       Algunxs antiautoritarixs por la catástrofe social


     

    DESDE CHILE: UNA MIRADA ANÁRQUICA AL CONTEXTO DE REVUELTA Y REPRESIÓN

    Actualmente en Chile se vive una situación de Estado de Emergencia  decretado por el gobierno derechista de Sebastián Piñera producto del estallido de una revuelta que explotó el día viernes 18 de octubre de
    2019.

    Este texto nace con la necesidad comunicar a compañerxs de diversas latitudes del mundo la situación que actualmente se vive en en este territorio.

    Desde una mirada anárquica se comparten acá lo que consideramos algunos puntos principales para dar conocer y aportar a entender el momento actual.

    PRELUDIO: LA JUVENTUD EN LUCHA Y LA CHISPA QUE ENCENDIÓ LA HOGUERA.

    Luego de una semana de evasiones masivas al servicio de trenes subterráneos, protagonizadas principalmente por estudiantes secundarios durante el mes de octubre ante el alza del valor en los pasajes del transporte, se propagaron por diversos puntos de la ciudad de Santiago múltiples episodios de desobediencia individual y colectiva que derivaron en destrucción de infraestructura y enfrentamientos con las fuerzas policiales dentro y fuera de las estaciones del tren subterráneo.

    El día viernes 18 de octubre, la propagación de estas evasiones masivas y el nivel de radicalidad que adquirieron fue insospechado para muchxs y subestimado por el gobierno el cual, junto a su fieles periodistas e investigadores sociales, aun no logra explicarse por qué estos acontecimientos derivaron en una situación de caos generalizado que se extiende hasta el día de hoy.

    PRIMER ACTO: ESTALLIDO DE UNA REVUELTA SIN PRECEDENTES EN EL CHILE POST-DICTADURA.

    El día viernes 18 de octubre la situación de revuelta se radicalizó en el momento en que los enfrentamientos con la policía y la destrucción de infraestructura capitalista se tomaron las calles del centro de Santiago. Iniciadas en las afueras del palacio de gobierno, las acciones de violencia callejera no tardaron en propagarse hasta altas horas de la noche por diversos puntos de la ciudad.

    Enfrentado a una situación de rebelión generalizada y caos difuso en múltiples sectores urbanos, las fuerzas policiales se vieron incapaces de contener el estallido de rabia que desde ese día ha contagiado a
    amplios sectores de una sociedad aparentemente dormida y hastiada de diversas formas de opresión y precarización de la vida originadas en la continuidad del sistema económico neoliberal y del Estado policial
    instalado en Chile durante la reciente dictadura civil y militar (1973-1990), condiciones de existencia y dominación fortalecidas por los gobiernos de centro izquierda y derecha que se han alternado en el poder
    luego del retorno a la democracia.

    A los disturbios iniciados en el centro de la ciudad se sumaron posteriormente miles de personas manifestándose en los barrios golpeando ollas vacías como forma de protesta y también activando focos de disturbio, fuego y destrucción materializados en decenas de buses y edificios públicos y empresariales atacados, saqueados e incendiados, teniendo como un elemento crucial las decenas de estaciones del tren
    subterráneo a las que hordas de individuxs llenos de rabia vandalizaron y prendieron fuego hasta altas horas de la noche.

    Evidentemente sobrepasado, el gobierno no dejó pasar mucho tiempo para decretar Estado de emergencia en la ciudad de Santiago, estado de excepción que incluye la salida de militares a la calle y el control del
    orden por parte de las Fuerzas Armadas.

    Sin embargo, una revuelta salvaje, inórgánica, masiva e inédita en el escenario post-dictadura ya estaba en curso destruyendo en la práctica la obediencia, la sumisión y el miedo impuesto por décadas de dominio
    capitalista en Chile.

    SEGUNDO ACTO: EXTENSIÓN DE LA INSUMISIÓN DESTRUCTORA Y COMIENZO DEL TOQUE DE QUEDA

    El día sábado 19 de septiembre las fuerzas militares se despliegan por diversos puntos de la ciudad ante la persitencia y agudización de los disturbios. En el centro de Santiago y en los barrios periféricos los
    militares custodian las calles, instalaciones comerciales y estaciones del tren subterráneo. Sin embargo, manifestantes de todo tipo no se replegaron y repudiaron de manera generalizada la presencia militar con
    el vivo recuerdo de la represión vivida hace unas dácadas atrás durante los años de dictadura.

    Ese mismo día aumenta el número de buses, carros y estaciones de tren subterráneo incendiados por lxs manifestantes. En paralelo, los saqueos a supermercados y grandes centros comerciales se vuelven incontrolables y la imagen de cientos de personas recuperando su vida arrebatando mercancías en los centros de consumo ha sido una de las imágenes más trascedentes de las jornadas de revuelta y constituyeron un factor importante para que el gobierno desbordado por la violencia saqueadora implantara el toque de queda esa misma noche en la ciudad de Santiago.

    Sin ningún asco, el Presidente y el jefe militar a cargo de la ciudad comunican ante los medios de comunicación la restricción de «libertades civiles» que ese día comenzó a regir desde las 7 de la tarde hasta las 6 de la mañana del día siguiente. Esa noche, las manifestaciones, disturbios, saqueos, incendios y enfrentamientos con las fuerzas represivas continuaron nuevamente hasta altas horas de la madrugada por
    toda la ciudad.

    Entre los días sábado y domingo la chispa de la rabia se expandió aun más encendiendo manifestaciones multitudinarias y escenarios de violencia salvaje en otras regiones del país dando paso a un siguiente momento de caos generalizado con múltiples actos de rebeldía y disturbios en diversas ciudades dejando bajo asedio, ruinas y cenizas en un par de días a una buena parte de la infraestructura urbana con barricadas, ataques vandálicos e incendiarios a dependencias municipales, edificios de gobierno, centros comerciales y edificios de medios de comunicación oficiales. Para ese momento la revuelta ya había desbordado cualquier demanda específica haciendo que personas de diversos orígenes y lugares se encontraran en la calle a sí mismas y a otrxs en medio de las protestas y los disturbios abriendo una gran fractura crítica en el sitema neoliberal chileno y su modelo de explotación capitalista/extractivista que afecta a todo el territorio.

    Desde el día domingo 20 de octubre, el Estado de Emergencia y la medida del toque de queda fueron decretados por el gobierno contra las ciudades alzadas, sin embargo, los disturbios continuaron desarrollándose hasta entrada la noche sobrepasando las imposiciones y demostrando que la rabia y la violencia desatadas por la gente contra el orden establecido habían roto el miedo y la pasividad reinante por décadas en amplios sectores de la población chilena.

    TERCER ACTO: DIGNIDAD Y LUCHA CONTRA LA ESTRATEGIA DE LA REPRESIÓN ESTATAL.

    Desde el inicio del estado de emergencia la represión estatal se ha agudizado y también se ha extendido de manera abierta por los diversos territorios alzados.

    Como anárquicxs, tenemos claridad de que la posición de víctima no es la nuestra, no obstante, siempre es bueno compartir información sobre las tácticas que el dominio pone en práctica como parte de la confrontación con lxs insurrectxs, lxs rebeldes y la población sublevada en general.

    En el actual contexto, el arsenal represivo del Estado chileno se ha materializado en:

    – Más de dos mil personas detenidas y más de 15 personas asesinadas además de un número indeterminado de personas reportadas como desaparecidas.
    – Disparos con diversos tipos de proyectiles, incluyendo bombas lacrimógenas, balines de goma y armamento de guerra contra manifestantes dejando un número creciente y no exacto de personas heridas y muertas en la vía pública, además de animales y personas que viven en la calle también heridas y asesinadas como blanco de los disparos.
    – Golpes y torturas físicas, psicológicas y sexuales contra en la vía pública, vehículos y cuarteles policiales contra personas detenidas.
    – Secuestro de personas en vehículos policiales y civiles. Se han visto imágenes de personas siendo encerradas en el portamaletas de vehículos policiales.
    – Disparos por la espalda en la calle a personas a quienes se les da la falsa posibilidad de fugarse de las detenciones.
    – Autorizaciones falsas de policías y militares para saquear supermercados que terminan con detenciones y asesinatos que luego son comunicados como muertes producto de los disturbios.
    – Incendios en grandes locales comerciales provocados por fuerzas represivas para que las empresas puedan cobrar los seguros asociados. En algunos de estos incendios han aparecidos cadáveres calcinados.
    – Lanzamiento de personas desde carros policiales en movimiento para luego dispararles.
    – Colgamiento de cuerpos de personas asesinadas en sitios eriazos y de personas vivas en cuarteles policiales.

    El uso masificado de redes sociales de internet como Instagram, Twitter y Facebook ha permitido la circulación inmediata de innumerable evidencia audiovisual de las situaciones antes descritas, la cual está siendo divulgada por grupos de difusión «alternativos» y ligados a las luchas, logrando romper la estrategia comunicacional desplegada por el gobierno y apoyada por los medios de prensa oficiales históricamente serviles al poder.

    La ofensiva comunicacional del gobierno representa otra parte del accionar represivo intentando colonizar las mentes de las personas a través de los siguientes métodos:

    – Censura y control de la información para ocultar, justificar y/o cuestionar hipócritamente los registros asociados a la represión.
    – Discursos televisados de autoridades de gobierno que han incluido el reconocimiento de una crisis social que debe ser solucionada por medio de un «nuevo pacto social».
    – Señalamiento explícito de un estado de guerra contra un enemigo interno supuestamente organizado con un plan para sembrar el caos y atentar contra pequeños locales comerciales, escuelas y hospitales. Se ha hecho especial énfasis en la criminalización de la figura del saqueador y del vándalo. También, en un reportaje del canal de televisión estatal, se mencionó que los disturbios estarían organizados por núcleos anarquistas nihilistas.
    -Cobertura periodística conjunta de noticieros durante todo el día instalando el miedo al desabastecimiento y los saqueos, propagando la idea de que los robos se estarían extendiendo hacia los hogares comunes.
    – División discursiva de lxs manifestantes entre buenos, legítimos, pacíficxs y festivxs en contraposición a lxs violentxs, en contra de quienes se justificaría todo tipo de represión.
    – Presentación de un plan de medidas sociales y económicas intentando  mostrar interés por solucionar la crisis existente.
    – Presentación de militares como fuerzas de paz y protección.

    Afortunadamente, la estrategia represiva y comunicacional del desacreditado gobierno no ha surtido el efecto esperado y la desobediencia se ha mantenido a pesar de que algunos ciudadanxs eternamente sumisxs y obedientes han colaborado con el poder participando voluntariamente de la limpieza de calles y de la vigilancia de barrios utilizando chalecos amarillos y dotando a esta prenda de un sentido complemante distinto al significado de revuelta por el que se hizo conocida tras las recientes protestas salvajes en Francia.

    NUESTRA POSICIÓN ANÁRQUICA: APUNTES SOBRE UN EPÍLOGO QUE AUN NO EXISTE.

    Entre los días miércoles 23 y jueves 24 de octubre el gobierno y la represión han intentado mostrar un rostro más blando ante la persistencia de las manifestaciones y de una gran cantidad de focos de revuelta, a lo que se suma la divulgación permanente de registros de hechos represivos y el reconocimiento público por parte de una investigación judicial por el uso de una estación del tren subterráneo como centro de detención clandestino con testimonios de tortura.

    En estos días, las señales parecen indicar que la revuelta generalizada ha bajado un poco de intensidad derivado a una situación de jornada de protesta permanente con constante presencia de distrubios y enfrentaientos. No somos pocxs quienes pensamos que esto podría dar paso a un contexto de progresiva pacificación con persistencia de algunos focos de revuelta, fortaleciendo la represión de carácter selectivo contra personas ya conocidas por su participación política en movimientos sociales, colectivos y entornos de lucha radical. De hecho, ya han sido detenidxs personas ligadas a movimientos estudiantiles y medioambientales.

    A pesar de lo que pueda venir, quienes hemos confrontado al poder y la autoridad desde mucho antes del actual estallido social sabemos que todas las prácticas represivas y comunicacionales anteriormente enumeradas forman parte del arsenal represivo al que nosostrxs y otrxs grupos e individualidades se han enfrentado durante toda la existencia del Estado y de la autoridad a través de la historia. Por tanto, a lo que hoy asistimos es a una reactualización postmoderna de métodos y estrategias ya desplegadas en anteriores regímenes dictatoriales y democráticos en Chile, Latino América y el resto del mundo donde el dominio ha visto afectados sus intereses y no ha dudado en mostrar su verdadero rostro de opresión planificada y sistemática.

    Sabemos que la oposición y confrontación al dominio ha sido protagonizada a lo largo de los siglos por innumerables generaciones de rebeldes, refractarixs, revolucionarixs y subversivxs de todo tipo, del mismo modo que tenemos la certeza de que hemos sido nosotrxs lxs anárquicxs junto a las comunidades mapuche en resistencia y la juventud encapuchada la que en las últimas dos décadas ha conocido la tortura, la prisión y la muerte como parte de la política represiva estatal ante la resistencia y el ataque continuo que hemos desarrollado contra el orden social capitalista y autoritario.

    Hoy muchas más personas están siendo testigos de lo que por años llevamos propagando: que a los poderosos no les importa engañar, torturar y asesinar con tal de proteger el mundo que han construido para
    su beneficio y que la única salida posible a la dominación contra nuestras vidas comienza con la rebelión destructora contra todo lo impuesto por quienes intentan hacer de nuestra existencia un régimen permanente de esclavitud y robo de nuestra libertad.

    Estamos plenamente concientes que todos los matices de la represión estatal, incluso los que pretenden aparentar un rostro «amable» forman parte del manual contrainsurgente inaugurado en Argelia, fortalecido en
    las dictaduras latinoamericanas y continuado por las tropas de ocupación en Irak, Haití y otros lugares del mundo. Sabemos de manera muy clara que la represión masiva y selectiva, las torturas, el exterminio, los montajes y las tácticas comunicacionales de guerra psicológica no son una novedad y hoy las vivimos y enfrentamos en un escenario que nunca se concibió como imposible: desenvolver nuestra cotidianidad y nuestra lucha en un estado de excepción con militares en la calle.

    Sabemos también que la existencia, proliferación y persistencia de las ideas y prácticas anárquicas de confrontación a lo largo de las últimas décadas en terriotrio chileno constituye un elemento real, vital y dinámico que ha aportado de algún modo a la identificación y al ataque de símbolos y objetivos ligados al poder en medio de los disturbios actuales, así como también ha contribuído a la difusión de una subjetividad de combate radical contra el mundo del capital y la autoridad. Sin embargo, somos honestxs en dejar claro que el descontento que estalló con una violencia inédita en el Chile democrático corresponde a una revuelta generalizada sin líderes ni dirigentes en la que las indvidualiades anárquicas somos solo un actor más presente en las calles.

    Nunca hemos creído en las buenas intenciones de la falsedad democrática, por eso no nos sorprende que las fuerzas represivas estén apuntando sus balas contra niñxs, ancianos y animales. Hoy también estamos aprendiendo a convivir con el toque de queda que restringe la movilidad, el desplazamiento y la posibilidad para abrazar y compartir entre amigxs, compañerxs y círculos afectivos.

    Muchas emociones y sensaciones se entrecruzan cada día y minuto a minuto: la rabia, la impotencia, el nerviosismo y una cuota de ansiedad invaden las mentes y corazones de muchas personas en estos momentos mezclándose con el ánimo y el calor que da la lucha y el hecho innegable de estar rompiendo cadenas subjetivas y materiales junto a otrxs que antes no estaban junto a nosotrxs en el mismo lado de la barricada. No obstante, no nos confiamos ni nos ilusionamos, pues sabemos que esto puede ser solo una descarga de rabia masiva contenida para luego volver a una nueva normalidad capturada por oportunistas de cualquier color político como lo han intentado hacer algunxs en estos días de caos. En ese momento, y en cualquier otro, continuaremos activxs como individualidades anárquicas contra toda forma autoridad.

    Nos quieren paranoicxs, angustiadxs y aisladxs, pero seguimos activxs en el combate poniendo también en práctica herramientas de autocuidado y de contención psicológica y emocional en lo personal y lo colectivo para continuar vivxs y en pie de lucha.

    Mientras se termina de escribir este texto helicópteros militares sobrevuelan nuestras cabezas, las barricadas arden en los barrios y el sonido de las protestas y los enfrentamientos se mantiene vivo y nos llena de fuerza para seguir haciendo historia en la larga experiencia de la confrontación por la liberación total.

    Agradecemos todos los gestos de solidaridad internacionalista expresados por compañerxs alrededor del mundo e invitamos a que estas palabras puedan ser esparcidas y traducidas a los más diversos idiomas y
    lenguajes.

    NADA HA ACABADO, TODO CONTINÚA
    HOY MÁS QUE NUNCA SEGUIMOS COMBATIENDO CONTRA EL ESTADO, EL CAPITAL Y TODA AUTORIDAD.

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    REFLEXIÓN Y ACIERTOS DE ALGUNXS ANARQUISTAS DEL TERRITORIO DENOMINADO CHILE

    Respecto a los hechos que están aconteciendo en el territorio denominado Chile, como anarquistas nos sentimos en la necesidad de decir algo y/o dar una respuesta a algunas cuestiones que están en el aire. Obviamente este texto nace desde la discusión y el debate de algunxs de nosotrxs, en ningún momento esto representa el sentir del conjunto de anarquistas de Santiago, ni muchísimo menos de Chile. Nuestra intención es la de abrir las puertas de la reflexión, la acción y el debate ante el vuelco de la situación que estamos viviendo en este momento.

    A modo de contexto

    El pasado 6 de octubre se produzco un alza por valor de 30 pesos chilenos en el pasaje del metro en la ciudad de Santiago. Esta supone la cuarta alza del pasaje en dos años, lo que ha supuesto un aumento para muchas personas considerable en el monto final de sus gastos mensuales.
    Como bien es sabido, durante la dictadura que comenzó en 1973, se hicieron una serie de reformas económicas y sociales que le dieron a chile el titulo de ser el primer país el mundo en adquirir un sistema netamente neoliberal, en el que todos los servicios están en manos de empresas privadas, con el consecuente expolio y encarecimiento sobre los precios que esto significa a los territorios, las personas y demás animales. La luz, el agua (seguimos siendo el único país del mundo en el que esta privatizada), el gas, las carreteras, los transportes, la salud, la educación, los sistemas de pensiones (AFPs)… esto genera en chile un alza y encarecimiento de todos estos servicios, que además no está ni de lejos unido a un aumento de los sueldos acorde al nivel de gasto. El resultado es que la riqueza está concentrada en sectores y élites muy minoritarias, obligando a la mayoría de la población del territorio a trabajar exclusiva y únicamente para pagar.
    Es por esto que “gracias” a estos aparentemente insignificantes 30 pesos comienza a efervescer un malestar que ya per sé convive en la cotidianidad de quienes viven y trabajan en chile. Como punta de lanza reaparecen una vez más lxs escolares quienes, dicho sea de paso, no se vieron afectados por esta alza puesto que el pase escolar se mantuvo en su valor. Son ellxs quienes comienzan una campaña masiva de evasión del metro, saltando y abriendo torniquetes para que el resto de la población pudiera evadir también. Estas convocatorias comienzan a tomar fuerza y a ser cada vez más masivas, obteniendo como respuesta por parte del estado la presencia, cada vez más masiva y represiva de los llamados carabineros de chile, los pacos. Tras duras escenas de brutalidad policial hacia escolares y usuarios de metro, las protestas y evasiones, lejos de disminuir comienzan a ser cada vez más multitudinarias y contundentes, dando lugar a enfrentamientos masivos entre la población y fuerzas de seguridad del estado.
    Dado el nivel de conflictividad y la propagación masiva más allá de las estaciones de metro, por varias comunas y barrios de Santiago, además de las expresiones de apoyo desde otras regiones del país. El gobierno de Chile, con Sebastian Piñera a su cabeza, no tiene otra idea mejor que la de declarar el estado de excepción, aplicando toque de queda y anunciar la aparición del Ejercito de Chile en las calles del país. Por primera vez desde que instauraron su democracia, reaparecen los tanques y los esbirros a enfrentar abiertamente a la población civil en las calles.
    Recordemos que apenas han pasado 30 años desde el fin oficial, que no oficioso, de la dictadura. Son muchas las heridas aún sin cerrar. Esta medida, lejos de amedrentar y asustar a la población generó aún más indignación y la presencia civil en la calle, lejos de disminuir, va en aumento cada día y hasta ahora permanece en todo el país con la única petición de la renuncia de Piñera y su primo y ministro de interior Chadwick.

    Y ante esto… ¿lxs anarquistxs qué?
    Como nos suele ocurrir, y creemos que a otrxs compañerxs en otros contextos también, lxs anarquistas tenemos tan claro el enemigo y tenemos tan claro que pedir o mendigar mejoras institucionales no va a cambiar en nada nuestras condiciones de vida, que durante las primeras instancias de esta explosión nos hemos sentido de alguna forma expectadorxs, al menos quienes no tenemos un trabajo a nivel poblacional. Desde la humildad asumimos que esto nos sobrepasó, nunca creímos o esperamos que la gente de la calle fuera la que se levantara de una manera tan contundente y comenzara a aplicar formas y acciones que no nos resultan ajenas desde nuestra práctica y teoría y nos hemos visto en cierto modo, al menos algunxs de nosotrxs, arrastradxs por la masa a las convocatorias, tanto masivas como poblacionales a aportar con lo que podemos y sabemos.
    Sin embargo, lejos de arrastrarnos por la frustración y el lamento de quizás no tener el nivel de organización que desearíamos para contestar de manera más contundente a la situación que está ocurriendo, ahora es cuando sentimos la necesidad de reaccionar y organizarnos con nuestros afines más que nunca.
    Tenemos claro que esto no es la batalla definitiva, tenemos claro que muy probablemente esto no va suponer la caída del sistema capitalista neoliberal de chile, ni del formato democracia que lo avala. Sin embargo nos seduce la idea de que el conflicto y la insurrección estallan de un momento a otro y que es necesario estar preparadxs para ello, cada quien desde su trinchera y en la forma que considere oportuna. Es hora de recomponernos a nivel organizativo, de autodefensa y comunicativo.
    El escenario que se nos plantea aún es desconocido para todxs nosotrxs. Tanto en el conflicto como en la organización de los territorios estamos asistiendo a un movimiento que, hasta el momento, no está por el diálogo ni la negociación, no está encabezado por líderes que lo estén arrastrando a las calles, sin embargo sabemos que es cuestión de tiempo que aparezcan. En cuanto a lo represivo sabemos que este es sólo el primer mordisco, y que cuando pase el tiempo esta represión comenzará a ser más selectiva y aún más violenta si cabe. Ahora es cuando. Apliquemos y traslademos a la calle y al conflicto las herramientas que tenemos y conocemos y recuperemos y organicemos las que hemos perdido. Hagamos de nuestras redes espacios seguros en lo personal y en lo político. Desde la acción directa hasta las asambleas territoriales son nuestros espacios de luchas y las unas se cuidan con las otras. Acumulemos y organicemos nuestros conocimientos, aprendamos de esta experiencia para que nuestra respuesta sea más contundente y segura para nosotrxs mismxs.
    Hacemos un llamado hacia quienes aplican violencia revolucionaria, a las radios, a los grupos de acción o grupos territoriales, a las bibliotecas y espacios antiautoritarios… Seamos la retaguardia unxs de otrxs. Que el organízate y lucha deje de ser un cliché.

    POR LA EXTENSIÓN DEL CONFLICTO, CONTRA EL ESTADO Y EL CAPITAL, DEVOLVAMOS A LOS MILICOS Y LOS PACOS DE DONDE NUNCA DEBIERON SALIR.
    POR LA TRANSVERSALIDAD DE LAS LUCHAS EN TODOS LOS TERRITORIOS. ABRAZOS Y APOYO A ROJAVA EN LA DEFENSA DE LA REVOLUCIÓN
    AHORA MAS QUE NUNCA…
    …POR LA ANARQUÍA.